Tres almerienses perdieron la vida el 27 de enero de 2006 en un trágico accidente aéreo ocurrido en el término municipal de Lorca al capotar y estrellarse contra el suelo el helicóptero en el que viajaban como consecuencia de las adversas condiciones meteorológicas. Juan Hernández Martínez de 61 años gerente de la empresa “Lema” José Riquelme Pacheco de 55 años, jefe de la torre de control del aeropuerto de Almería y Cristóbal Ruiz Sánchez de 33 años, ingeniero aeronáutico del aeropuerto fallecieron en el acto. El siniestro se produjo en la sierra murciana de La Tercia en una zona donde en esos momentos según los técnicos de Protección Civil existía una intensa niebla y llovía torrencialmente. El helicóptero había salido unos cuarenta minutos antes procedente de Aguadulce y los ocupantes iban a mantener una comida con unos amigos ya que la hoja de vuelo tenia como destino la localidad murciana de Bullas. El helicóptero era un modelo Robison 244 de la empresa Centros Ecológicos Andarax S.L, con sede en Pechina.
El aparato, pilotado por Hernández perdió el control en las estribaciones de la sierra, alrededor de la una de la tarde estrellándose violentamente en una zona forestal de difícil acceso, donde tras impactar en el suelo se incendió quedando los tres ocupantes atrapados entre un amasijo de hierros y chapas ardiendo. Apenas quedaron restos del aparato, El fuego del helicóptero provocó un incendio de matorral y monte bajo que afectó un radio de varios kilómetros y que fue extinguido por agentes forestales y efectivos del servicio del parque contra incendios de Lorca.
El siniestro tuvo lugar a unos doce kilómetros al noroeste de Lorca, en el denominado paraje “Llano del Zarcito” a un kilómetro de la ermita de la Virgen de la Salud, de la diputación de La Hoya. Unos operarios que se encontraba trabajando en las reparaciones de unas viviendas en el paraje del Comino fueron testigos directos del accidente al ver caer el helicóptero y su posterior explosión en tierra. Estos operarios fueron las personas que dieron de inmediato aviso al servicio de coordinación de emergencias del 112.
El suceso provocó una honda consternación en toda la provincia. Juan Hernandez Martínez, que recientemente habia obtenido el titulo de piloto y tripulaba la aeronave, era propietario de una factoria dedicada a la construcción de embarcaciones deportivas y de recreo Centenares de personas acudieron a su funeral oficiado en la iglesia parroquial de Aguadulce.
En el cementerio municipal de Canjayar, localidad de origen de sus padres, recibió sepultura, Cristobal Ruiz Sanchez, el ingeniero aeronáutico fallecido. Unos días antes habia sido destinado a Madrid y tenia previsto dejar su puesto en el aeropuerto almeriense el 1 de febrero. El pueblo entero de Canjayar se volcó para darle el último adios.
Finalmente, los restos de José Riquelme Pacheco, jefe de la torre de control del aeropuerto de Almería fuenron enterrados en su localidad natal en Alcantarilla (Murcia). Pese a su origen murciano se sentía almeriense por los cuatro costados, ya que llevaba más de veinte años en Almería donde nacieron sus hijos Alejandro y Teresa. Viajero empedernido y amante de la musica era una persona muy apreciada.
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