José Juan Martínez Gómez, el delincuente almeriense nacido el 2 de febrero de 1956 ha sido uno de los personajes más destacados de la crónica negra del país, al ser considerado por la Policía con solo 25 años de edad como el cerebro del atraco al Banco Central de la plaza de Cataluña de Barcelona ocurrido el 23 de mayo de 1981.
La finalidad del asalto al Banco Central de Barcelona, jamás ha quedado totalmente esclarecida. Interior, asumió que los asaltantes fueron un grupo de «chorizos, macarras y anarquistas» vulgares y tampoco sirvió de nada la comisión de investigación creada por el Parlament de Catalunya. Entre los doce delincuentes estaban los almerienses José Juan Martínez Gómez y Juan Quesada "El Macaco", quienes tomaron como rehenes durante treinta y seis horas a 263 personas durante el asalto a la entidad bancaria iniciado minutos después de las nueve de la mañana.
Tras varias largas horas y concluido el episodio y frustración del atraco con la intervención de los GEOS re recupero la normalidad.José Juan Martínez, fue condenado a 30 años y los restantes a penas de 23 y 25 años de prisión. En la liberación de los rehenes, en un tiroteo con los GEOS murió uno de los asaltantes.
La historia delictiva de Martínez, se inició en Almería donde fue detenido por primera vez en 1972 por su participación en distintos robos en bares y comercios. En el año 1976, la Policía lo detuvo por un robo en una armería. Un año más tarde lo fue por un robo de joyas en una casa de la zona centro.
En esas fechas José Juan Martínez "El Rubio" tenía su domicilio en una vivienda de la calle Tomás Bretón en la zona de la Plaza de Toros, hasta que meses más tarde decidió marcharse definitivamente a Barcelona.
Una vez allí, "El Rubio" se integró en el "Grupo Autónomo Armado", volviendo a ser detenido por la Policía por su participación en un atraco y durante su estancia en Carabanchel cuando ideó la posibilidad de atracar el Banco Central de Barcelona junto a un grupo de delincuentes comunes y miembros de la ultraderecha y a través de unos contactos en Perpignan, el tema de la compra de las armas.
A primeros de octubre de 1990, José Juan Martínez "El Rubio" que cumplía una condena de 30 años de cárcel, al considerársele el "número uno” del atraco al Central fue trasladado desde la Modelo de Barcelona hasta Acebuche donde permaneció algo más de un año. Un libro y una película sobre el "Asalto al Banco Central", que pasó con mas pena que gloria, dejaron testimonio de esta alocada odisea llegándose a decir entonces que José Juan Martínez había sido confidente de la Guardia Civil y de los servicios de Inteligencia, filtrado en los grupos anarquistas.
En aquella ocasión fuentes anarco sindicales indicaron que Martínez fue detenido por su implicación en el atentado contra la sala de fiestas Scala de Barcelona, pero su nombre no apareció en la nota oficial elaborada por la Policía. La figura del delincuente almeriense se alargaba por momentos. En la ficha policial francesa el almeriense figuraba su condición de confidente de la Policía española.
Se valoró la existencia de una trama organizada que financió la operación encaminada solo a "intoxicar" la situación política que vivía el país, por parte de elementos de la ultraderecha y que los asaltantes del banco, eran simples delincuentes comunes, que actuaron como mercenarios cobrando cada uno de ellos cinco millones por la intervención.
El 29 de septiembre de 1988 logró fugarse de la prisión de Ocaña-1 aprovechando un permiso de las autoridades penitenciarias. Un mes y cuatro días mas tarde fue detectado en Villanueva y Geltrú en un restaurante Costa de Oro al ser reconocido por un policía de paisano que aviso a sus compañeros.
En la intervención policial se produjo la muerte de dos agentes, resultando gravemente herido "El Rubio" al recibir dos disparos uno de los cuales le atravesó el abdomen. La explicación oficial de los hechos apuntó a que José Juan Martínez, fue el autor de la muerte de los dos policías nacionales. Posteriormente un informe de la Guardia Civil demostró que José Juan Martínez solo disparó una bala ya que el arma se le quedó encasquillada.
Fue en diciembre de 1996 cuando volvió a tener problemas con la justicia al no regresar de un permiso de Navidad cuando cumplía condena en la prisión de Castellón. Sin embargo, su libertad duró poco. Un mes mas tarde, funcionarios del Grupo Antiatracos de la Policía de Barcelona lo identificaron y detuvieron en la barriada de la Barceloneta. Al cumplir la condena, rehízo como pudo su vida en una localidad del norte de España donde actualmente reside.
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