Si hay un crimen que hace tres décadas marcó a la sociedad almeriense fue el asesinato de la pequeña de ocho años, Estefanía Úbeda Simón, el 7 de diciembre de 1989, apuñalada tres veces y rematada por su salvaje agresor destrozándole el cráneo con una piedra. Su asesino sigue en libertad. Uno de los grandes casos de la provincia convertido en un misterio sin resolver.
.La detención en los años noventa de un adolescente de Los Molinos fue un grave error de la Policía, por que no existían pruebas sólidas de la incriminación del joven en el asesinato. Las débiles pruebas, examinadas por el juez, no valieron para nada y el muchacho quedó en libertad. Curiosamente la familia de la pequeña Estefanía desde el primer momento proclamó la inocencia del muchacho.
Al inicio de la investigación solo existían vagos testimonios de niños de cinco a ocho años. La publicación de una foto robot del supuesto autor facilitada por la Policía no valió nada más que para sembrar de confusión a la población.
La repercusión de la muerte de Estefanía a escasos metros de su vivienda junto a la vía férrea fue extraordinaria. La muerte de la niña provocó entre los almerienses una enorme reacción de repulsa.
Más de 3.000 personas de Los Molinos recorrieron la barriada y se presentaron ante el Gobierno Civil pidiendo eficacia para resolver el caso y más seguridad en el barrio.
Antes del crimen, la niña confiada, jugaba junto a otros niños a menos de treinta metros de su domicilio, donde se ubica la empresa de los padres de la menor.
Las investigaciones coinciden en que la muerte se produjo entre las 9 y 10 de la noche. Tras casi una hora de búsqueda por las inmediaciones cuando la menor fue echada en falta por la familia, uno de los vigilantes contratados para vigilar el recinto, habilitado para el rodaje de la película "Navy Seals", en uno de los espacios abandonados encontró el cuerpo inerte de la pequeña semi cubierto con piedras y restos de matorrales.
Se valoró la información de un funcionario de prisiones, quien sobre esa hora detectó a un recluso de permiso por el puente de Los Molinos, que precisamente cumplía condena por abusos deshonestos a una menor.
Fue considerada la versión de uno de los vigilantes de las naves del Ingenio, sobre este joven de características morfológicas similares a las descritas por los niños y que caminaba junto a los laterales de la antigua azucarera en dirección al Puche,
A Estefanía se le vio jugando con otros niños de la calle hasta las nueve de la noche. Según los menores, a esa hora un joven entre los 20 y 25 años se la llevó cogida de la mano hacia la zona del Ingenio. Parece ser, que la menor no opuso resistencia y debía de conocer al que a la postre sería su asesino.
A principios de enero de 1996, saltó de nuevo a la actualidad el caso de Estefanía., Se filtró a los medios de comunicación, que la Policía había detenido en Móstoles a un individuo implicado en el atroz asesinato.
En aquella ocasión el juez instructor del sumario de Estefanía ni siquiera le tomó declaración decretando su inmediata libertad, tras haber ingresado en Acebuche.
Quien mató a la pequeña no ha purgado aún su horripilante crimen. A pesar de los 33 años transcurridos, es muy difícil que los almerienses olvidemos este trágico suceso.
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