Un inocente juego de un grupo de niños acabó con la vida del pequeño Andrés, de tan solo nueve años de edad. Los cuatro menores entre los ocho y trece años, tres de ellos primos, fueron los protagonistas de este lamentable suceso después de que Andrés sufriera una complicación posterior tras la intoxicación etílica del día anterior,
La tragedia se inició en la vivienda de uno de ellos. Los niños imitando a los mayores jugaron a los bares intercambiándose los papeles de clientes y camareros. El 12 de abril de 1993, dos de los niños que participaron en el peligroso juego, ingresaron en Urgencias de Torrecárdenas.
Ambos presentaban una fuerte intoxicación etílica como consecuencia de la ingestión alguna otra bebida de alta graduación. Uno de ellos, pese a que presentaba un estado semi comatoso no fue quien finalmente falleció logrando superar su delicado estado con un fuerte tratamiento médico.
La historia tuvo su origen en la modesta vivienda de la barriada de La Cañada. Los niños jugaban en la calle un interminable partido de fútbol, hasta que las fuerzas se les acabó y el cansancio los agotó
Al terminar fueron a la casa de uno de los niños a beber agua. Tras saciar la sed, uno de ellos sugirió jugar a invitar a sus compañeros a tomar una copa como en los bares. Un mueble bar del salón, con algunas botellas con restos de licor hizo lo demás.
Al llegar la madre a la casa, su hijo Andrés le indicó que viera al primo por que se encontraba muy mal con temblores y devolviendo. El pequeño hablaba y se preocupaba más por José, quien a pesar de entrar en estado de coma en Torrecardenas, 24 horas más tarde estaba en la calle y Andrés, que aparentemente se encontraba mejor murió en la UCI. La familia consideró que la muerte del pequeño pudo obedecer a una negligencia médica.
El pequeño Andrés, cuyo estado empeoró estando ya en casa, tuvo que ser de nuevo a ser ingresado once horas después en un estado bastante delicado y ya estando en la UCI sufrió un paro respiratorio. Los médicos lo intentaron todo, pero la grave situación no pudo ser superada. El informe médico oficial reveló que la muerte se produjo “en primer lugar por una parada cardiaca secundaria a hipoxia por edema pulmonar”. Y en segundo lugar como consecuencia de “una encefalopatía metabólica relacionada con la intoxicación etílica”.
La madre del pequeño recordaba angustiada, que “cuando le dieron el alta, el niño no podía ni moverse, se caía." “Los médicos decían que era la resaca. Para el padre del pequeño, a su hijo "se lo cargaron allí" en referencia al hospital.
Al sepelio acudió en pleno toda la barriada de La Cañada. Los colegios de la zona suspendieron las clases sumándose al funeral. Su madre, rota por el dolor ni siquiera pudo asistir a la ceremonia religiosa. En La Cañada nadie se explicaba por qué dieron de alta al niño
sin haberle practicado otras pruebas más definitorias muriendo horas más tarde de salir del hospital.
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