Un disparo seco y a bocajarro en la puerta de la discoteca Templo Anubis en la prolongación de la avenida de Montserrat durante la fría madrugada del 27 de enero de 1996, acabó con la vida del policía nacional José Lara Fuentes adscrito a la Comisaría de Almería, cuando el agente que se encontraba de paisano acudió para intentar intermediar y apaciguar una acalorada discusión a la entrada del local. Paradójicamente, la víctima y el homicida un joven de 28 años, se conocían personalmente, porque anteriormente y en varias ocasiones el agente lo había detenido por su relación con el tráfico de estupefacientes.
El incidente se inició cuando el portero de la discoteca “Templo Anubis”, cumpliendo con su deber, trató de impedir la entrada al local a una menor que iba acompañada de dos hermanos miembros de un conocido clan del polígono Puche.
La discusión que se inició en torno a las tres y media de la madrugada fue en aumento y el tira y afloja entre el empleado de la sala y los clientes recién llegados derivó pronto en un duro altercado, que llegó a su momento de mayor intensidad, cuando uno de los dos acompañantes sorprendió a los presentes extrayendo súbitamente de entre su chaquetón una pistola MAB Burete 9 milímetros calibre parabellum, de fabricación francesa.
Con el arma en la mano y sembrando el desconcierto el sujeto amenazó e intimidó al portero, al que disparó a escasos metros volviendo de inmediato a encañonar con el arma al agente Lara Fuentes quien había acudido para intentar mediar y poner orden en el enfrentamiento ante el tumulto y revuelo formado en la puerta del local.
José Lara Fuentes de 49 años, murió en el acto de un disparo a boca jarro que le destrozó la cabeza, mientras que el portero Joaquín Ortiz , de 40 años, tras una primera asistencia en Urgencias tuvo que ser evacuado hasta la residencia sanitaria “Virgen de las Nieves” de Granada El portero resultó afectado gravemente en la cara por el disparo y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente para extraerle el proyectil que se le quedó incrustado en el rostro, permaneciendo varios meses hospitalizado.
Diversos clientes, testigos presenciales del crimen, alertaron de inmediato a una pareja de motoristas del 092 de la Policía Local que se encontraban patrullando la zona, informándoles sobre lo acaecido, al tiempo que facilitaban la marca, color y dígitos de la matricula del coche en el que rápidamente huyeron los protagonistas de la agresión. Estas personas comunicaron a los agentes, que el homicida abandonó el lugar en compañía de otro hombre y dos mujeres en un vehículo Peugeot color blanco matricula de Madrid. De inmediato y de forma conjunta las salas operativas del 091 y 092 alertaron sobre el suceso a todas las unidades que en esos momentos se encontraban de patrulla en las calles
Iniciada la búsqueda del sospechoso, tres cuartos de hora más tarde, los cuatro ocupantes del Peugeot blanco fueron localizados y detenidos a punta de pistola por la dotación de un vehículo de la Policía Local en la avenida Mare Nostrum del Puche. Los huidos fueron arrestados, cuando tras abandonar el vehículo en la mitad de la calle se disponían a entrar en uno de sus domicilios.
Los hermanos B. y R A, fueron detenidos y procesados en relación con el crimen, aunque solo uno de ellos, el autor material de los disparos fue posteriormente condenado.
Las dos jóvenes de 18 y 28 años que los acompañaban en el momento de producirse el suceso quedaron en libertad sin cargos días más tarde tras su comparecencia en los juzgados.
Compañeros de la víctima ratificaron que el policía y el homicida se habían visto las caras con anterioridad al haber intervenido el agente en la detención de otros miembros de su familia por tráfico de drogas a pequeña escala y otros delitos menores.
Lara Fuentes se encontraba libre de servicio la noche que ocurrió el triste suceso, y formaba parte de la sociedad de la empresa que gestionaba la discoteca junto a otras tres personas, según informaron entonces fuentes policiales.
El agente fue calificado como un extraordinario policía y contaba con numerosas felicitaciones públicas- especialmente por su trabajo en la lucha contra el narcotráfico al “menudeo”- desde que en el año1989 fue adscrito al Grupo V de la Brigada de Policía Judicial.
El agente Lara dejó viuda y cuatro hijos, uno de ellos miembro del Cuerpo Nacional de Policía.
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