El pasado mes de septiembre se cumplieron treinta y siete años de un singular caso que los medios de comunicación locales acuñaron con el término popular de “Las Cruces del Solanillo”. De este asunto se tuvo conocimiento el 22 de septiembre de 1985 cuando la Voz de Almería informaba sobre la aparición de unas extrañas siluetas en unas cuantas sillas en una vivienda de la barriada del Solanillo de Roquetas de Mar.
En cuatro de la media docena de sillas del comedor de la casa aparecieron unas extrañas cruces réplica del crucifijo que la familia tenía colgado en una de las paredes del comedor. Al principio los familiares manifestaron que pese a que habían tratado de borrarlas por todos los medios, utilizando lejía o aguarrás las manchas no se quitaban.
De inmediato, conocido el extraño fenómeno entre la población surgieron las inevitables comparaciones con las inolvidables caras de Bélmez. Algún que otro “listo” sugirió a la familia que a esta insólita paranormal historia se le podrían sacar unos buenos durillos. Vamos como casi siempre ocurre.
De la noche a la mañana los dueños de la casa se vieron desbordados por el alud de curiosos ávidos de conocer las caras en las sillas. Desde primeras horas de la mañana durante los primeros cuatro o cinco días que duró “el fenómeno”, las colas de gente eran enormes y la familia tuvo que establecer un riguroso horario de visitas ante la afluencia de visitantes. La familia llego incluso a intentar solicitar que el canónigo de la catedral de Almería , el roquetero Juan López Martin llegase a celebrar en la casa una misa.
Miles de personas desfilaron por el domicilio de Josefina Alférez en los horarios de 13,30 a 15,00 y de 20 a 22 horas. Según fue trascendiendo, Josefina Alférez contó que unos meses antes mientras acudía a misa y rezaba al Cristo de la Luz sintió unas extrañas sensaciones. De hecho, acudió a varias tiendas cercanas buscando una imagen del Cristo, hallando una de ellas en un establecimiento de Roquetas de Mar que la, mujer de inmediato compró.
Según se llegó entonces el primer hecho insólito del caso se produjo al día siguiente de comprar el crucifijo. Un primo de Josefina Alférez, enfermo de cáncer sufría unos intensos dolores. La mujer comenzó a rezar pidiendo al Cristo que le diese una muerte sin dolor. Así fue, el hombre unos días después murió sin sufrir. Veinte días más tarde fue cuando aparecieron las “singulares” cruces en las sillas del Solanillo.
Se dice que por la casa pasaron expertos en temas parapsicológicos, que no dudaron en calificar las apariciones de “sobrenaturales”. Hubo comentarios
para todos los gustos. Incluso hubo tres jóvenes del barrio cercano del Cosario, que sembraron la confusión, al desvelar que uno de ellos tenía también una silla con esta figura en el asiento, señalando que la causa era que el contrafuerte de goma del asiento tenía forma de cruz.
La dueña de la casa visiblemente alterada, fue sometida a diversos exámenes médicos, ante las taquicardias de la mujer, pero los médicos no apreciaron anomalía alguna. La iglesia tampoco se pronunció, Un buen día la historia dejo de interesar a los medios de comunicación y el “misterio” y negocio dejó de funcionar. Ya nadie más hablaba del asunto, ni tenía interés en recordarlo, aunque parece que a pesar de haber trascurrido tres décadas, aunque quedan vestigios de estas cruces en esas señaladas sillas.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/4/sociedad/251622/cronicas-del-ayer-las-enigmaticas-cruces-del-solanillo