Crónicas del Ayer: El espeluznante caso del agricultor castrado y degollado

apareció en una vivienda de la zona de Rambla Lechuga, en la barriada de El Alquián

Imagen de recurso.
Imagen de recurso.
José Ángel Pérez
21:05 • 11 feb. 2023

El sábado 6 de diciembre de 1998 apareció en una vivienda de la zona de Rambla Lechuga, en la barriada de El Alquián, el cadáver de un agricultor de 37 años a quien sus asesinos degollaron seccionándole la yugular de oreja a oreja y posteriormente le seccionaron el pene y los testículos, órganos que la Policía halló junto al cuerpo del infortunado agricultor. La víctima fue hallada por su propio hermano agonizando, pero aún con vida desvanecida en medio de un gran charco de sangre. Los equipos sanitarios del servicio de emergencias del 061 alertados por los vecinos y familiares que se trasladaron de inmediato hasta el lugar del suceso no pudieron hacer nada por salvarle la vida al agricultor, quien falleció a los pocos minutos de la llegada de los facultativos a causa de la gran pérdida de sangre y las numerosas heridas de arma blanca que tenía repartidas por todo el cuerpo, sobre todo en el tórax.



La brutalidad y la saña con la que se cometió el crimen hicieron de inmediato pensar a los responsables de la investigación policial que al menos dos personas participaron en el cruento asesinato. Al parecer la víctima, cuyo cuerpo fue hallado en la cocina de su casa, vivía solo y todos los indicios apuntaban a que se trataba de una venganza o un ajuste de cuentas.



Por parte del Grupo de Homicidios de la Comisaría de Almería se valoro positivamente el testimonio de unos vecinos quienes aseguraron a los agentes haber visto a una persona salir de forma precipitada de la casa en la que se halló el cadáver del agricultor, una vivienda enclavada en una zona donde habían proliferado en los últimos años varios locales de alterne. De inmediato, el juez instructor que dirigió la investigación decretó el secreto del sumario sobre el caso.



La Policía Nacional mantuvo desde el principio abiertas todas las líneas de investigación posibles. Aunque en un principio no parecía probable que la víctima estuviera relacionada con el mundo de las drogas, ésta fue una hipótesis que no se llegó a descartar, aunque ya a las veinticuatro horas del asesinato la Policía con más datos objetivos barajó entre otras, la posibilidad de que se tratase de un crimen motivado por cuestiones de índole pasional.



La tarde noche del 28 de diciembre fue detenida una mujer de unos 30 años en relación con el caso como inductora del brutal asesinato. Al parecer, según pudo establecer la Policía, el horripilante crimen se produjo por una venganza, ya que en el transcurso de las investigaciones fue descartado el móvil del robo o que el fallecido estuviese relacionado con asuntos turbios y se tratase de un ajuste de cuentas.



Según los testimonios aportados por algunos de los vecinos en su comparecencia ante la Policía, la víctima era una persona de costumbres normales y sin ningún tipo de comportamiento extraño. Un día más tarde fue detenido un sujeto amigo de la mujer como presunto autor material del crimen. Según parece la mujer detenida por la Policía le reclamaba a la victima una presunta deuda por un seguro que éste había cobrado tras sufrir un accidente de tráfico. Clave en la resolución del caso fue el testimonio de un testigo que vio como una pareja ocupante de un ciclomotor abandonaba el domicilio de la víctima a la misma hora en que se produjeron los hechos.



El fallecido se había instalado desde hacía unos diez años en El Alquián, barriada de la capital en la que residía y donde también vivía su familia. Su trabajo como agricultor lo desarrollaba en varios invernaderos de la zona.




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