Crónicas del ayer: el crimen de ‘El cisne de oro’

Un hombre de origen catalán, identificado como José Monne Varón, de 35 años de edad murió trágicamente tras recibir una puñalada en el transcurso de una riña multitudinaria ocurrida en el popular club de alterne “El Cisne de Oro” situado entonces en la calle Gerona de la capital. Los hechos transcurrieron durante la madrugada del 1 de junio de 1974 cuando la sala del 091 de la Policía fue alertada por los propios empleados del establecimiento ante el cariz que estaba tomando una violenta reyerta en el local de alterne entre un grupo de personas donde volaban las sillas, taburetes y cualquier tipo de objeto contundente. En medio del tumulto y ante una tenue luz, José Monne Varón se desplomó súbitamente al suelo. Una certera puñalada le destrozó el corazón provocándole irreversibles lesiones. Restablecida la calma ante la presencia de la Policía, nadie de los presentes parecía tener claro lo ocurrido comenzando entonces un cruce de acusaciones entre los diversos protagonistas de la trifulca. 

Se sabía que la víctima era el marido de una de las mujeres que trabajaba en la barra americana y que cada noche tenía como costumbre ir al local a esperarla hasta que ella finalizaba el trabajo. El hombre murió desangrado durante el trayecto cuando estaba siendo evacuado en el coche de uno de los clientes hasta el Hospital Provincial.

Se desconocían los móviles que desencadenaron el tumulto, barajándose distintas hipótesis entre ellas, que la victima salió en defensa de su mujer al ser ofendida o molestada por alguno de los clientes o quizás una discusión de otra índole en la que se vio implicado el fallecido, un hombre de gran corpulencia y practicante de diversos deportes olímpico.

Otra versión difundida entonces apuntaba a que, sobre las tres de la madrugada, un grupo de cinco personas, poco antes del cierre del establecimiento se presentaron en el local, algunos de ellos en avanzado de estado de embriaguez, reclamando se les sirviese bebida, negándose los empleados a sus peticiones, lo que activó la posterior refriega tras intercambiarse numerosos insultos entre los recién llegados y los camareros saliendo la víctima en defensa de los empleados del establecimiento.

Como consecuencia de las investigaciones que se llevaron a efecto, la Policía detuvo en los primeros momentos del homicidio a cuatro personas por su implicación directa e indirectamente en el caso, entre ellos dos legionarios afincando en la capital y dos personas más, uno de ellos un pescador vecino de Pescadería, autor material del crimen. Todos los detenidos ingresaron en prisión decretada por el titular del juzgado de Instrucción número 1 de la capital. Dos de los implicados, los militares quedaron finalmente en libertad y dos de ellos fueron condenados.

El 23 de diciembre de 1976, la Sala II del Tribunal Supremo confirmó la sentencia dictada en su día por la Audiencia Provincial de Almería condenando a M. F. a 14 años de prisión por un delito de homicidio y a A. R. a la pena de 17 años de cárcel por el mismo delito.