El miércoles 24 de agosto de 1991 a las dos y cuarto de la tarde el termómetro rebasaba en la provincia los 33 grados a la sombra. A esa hora, más o menos, se supone que se inició el incendio forestal más importante que se ha declarado durante el siglo XX en la comunidad andaluza y el sexto de España en cuanto al número de hectáreas afectadas. Desgraciadamente el incendio de la sierra de Gádor también figura en los archivos de Medio Ambiente como el siniestro mas grave ocurrido en España provocado deliberadamente por la mano del hombre. Un pulmón de la provincia almeriense sufrió graves e importantes consecuencias que todavía, y han pasado treinta y un años y sigue arrastrando secuelas.
Las llamas y las densas columnas de humo del terrible incendio se divisaban en un radio de más de treinta kilómetros. Ese funesto año de 1991, más del ochenta y cinco por ciento de la superficie quemada en la provincia correspondieron al incendio de la sierra de Gádor, un desastre ecológico de funestas consecuencias. Las características del incendio respondían nítidamente al perfil de fuego provocado. Presentaba cinco frentes en distintas zonas de los municipios de Alhama, Enix, Felix, Terque y Rágol.
Según los técnicos especialistas, el fuego se inició en Canjáyar aunque su propagación afectó a diez municipios más, tales como Padules e Instinción en su primera fase. Ardieron más de 8.000 hectáreas según las mediciones oficiales del IARA y Medio Ambiente, aunque el Colegio Oficial de Ingenieros de Montes elevaron la cifra de hectáreas hasta 12.324.
En las labores de extinción intervinieron más de medio millar de efectivos en tierra, apoyados por avionetas y helicópteros descargando centenares de miles de litros de agua sobre el virulento fuego avivado en ocasiones por fuertes rachas de viento. Durante los dos días que se tardó en controlar y extinguir el incendio se vivieron momentos de alta tensión ante el temor y amenaza de que el fuego lograse llegar hasta núcleos urbanos. Casi un centenar de cortijos, algunos de ellos habitados tuvieron que ser desalojados por las autoridades, ya que el frente del fuego en determinadas zonas de la sierra llegó a alcanzar los diez kilómetros de longitud. Un elevado numero de cortijos abandonados ubicados en plena sierra fueron pasto de las llamas.
La superficie quemada afectó en un cincuenta por ciento a zona arbolada, matorrales y monte bajo. La vegetación arbórea destruida fueron fundamentalmente encinas y diversos tipos de pino. El incendio de la sierra de Gádor fue calificado en su día como de un autentico desastre ecológico. Posteriormente hubo grandes dificultades adicionales para la repoblación y regeneración de la cobertura vegetal destruida y desgraciadamente tan escasa en esta zona de la provincia.
Las dificultades orográficas y las condiciones meteorológicas adversas, como fuertes vientos de levante impidieron que las previsiones de controlar el incendio en un menor espacio de tiempo se desbordasen ampliamente.
En verano con las altas temperaturas, superiores a los 30 grados y en zonas de escasa o mediana vegetación son mayores estos riesgos de incendios forestales. Dadas las dimensiones del incendio se solicitó ayuda al ejército. Las densas humaredas y el olor a quemado invadieron prácticamente todos los municipios afectados.
Para colaborar en las labores de extinción se desplazaron hasta la sierra dos compañías de la Brigada de la Legión con base en el campamento militar 'Álvarez de Sotomayor'. Los soldados trabajaron intensamente junto al personal del IARA, trabajadores de Medio Ambiente, Guardia Civil, bomberos y vecinos de los municipios afectados. Los efectos devastadores del incendio destruyendo encinas y miles de pinos repoblados en los últimos años, cambiaron negativamente la fisonomía de la sierra. Ardieron encinas de cincuenta y setenta años, algarrobales y otras especies de flora.
A las seis de la tarde del sábado 26 de agosto de 1991 quedó oficialmente extinguido el incendio de la sierra de Gádor. El ecosistema de toda la sierra quedó terriblemente afectado.
1991 fue un año tremendo para la provincia en lo que a incendios forestales se refiere. Se llegaron a contabilizar ese verano un total de 103 incendios lo que provocó la destrucción de más de 13.000 hectáreas de superficie quemada, el mayor desastre ecológico del siglo.
Aparte de los accidentes y las causas de índole natural, la gran mayoría de los incendios forestales son causados por imprudencia o negligencia, aunque en este caso concreto hay que hablar de intencionalidad, ya que desde el primer momento se detectaron cinco puntos de fuego en diferentes municipios. Tuvieron que ser varias las personas quienes de manera coordinada provocasen el siniestro. Afortunadamente, la zona va siendo recuperada después de un intenso y minucioso trabajo a cargo de Medio Ambiente y la sierra de Gádor ha vuelto a recuperar su pulso vital.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/4/sociedad/253122/cronicas-del-ayer-arden-13-000-hectareas-en-la-sierra-de-gador