La familia de Alejandro, un niño de 10 años enfermo de leucemia que se encuentra ingresado en el Hospital Universitario de Torrecárdenas, ha hecho un llamamiento público para encontrar donantes de médula compatibles que ayuden a salvar la vida de su hijo y a devolverle "la infancia".
Pero si te estás haciendo alguna de estas preguntas como ¿qué significa donar médula? ¿tiene riesgos? o ¿cómo ser donante? te desvelamos todas las dudas.
Convertire en donante de médula es un paso muy sencillo que puede ayudar a salvar vidas como las de Alejandro. En primer lugar, tal y como explica a Europa Press Núria Mariages, coordinadora del REDMO, creado por la Fundación Josep Carreras contra la Leucemia, para inscribirse como donante de médula ósea es necesario firmar un consentimiento informado y dejarse extraer una pequeña muestra de sangre para poder determinar nuestra tipificación HLA
Solidaridad internacional
Cabe destacar que la donación y el trasplante de médula se rigen por un principio de solidaridad internacional, esto significa que no se puede donar médula para un paciente concreto, sino para cualquier persona compatible que lo necesite, con independencia de donde resida. El donante registrado puede ser llamado en cualquier momento para salvar la vida de un paciente anónimo en cualquier lugar del mundo.
Así las cosas, la donación de médula no es más que la extracción de progenitores hematopoyéticos, también denominados células madre de la sangre, de un donante sano para su posterior infusión en un paciente que requiere de un trasplante.
Cualquier persona entre los 18 y los 55 años que goce de buena salud puede ser donante de médula, para cuyo procedimiento existen dos métodos a partir de médula ósea, en la que se realiza la extracción de sangre medular, rica en células madre, mediante punción en las crestas ilíacas postero-superiores; o a través de la sangre periférica: un procedimiento mediante aféresis que recoge las células madre del riego sanguíneo.
Posibles riesgos
Aunque la donación de médula puede comportar ciertas molestias físicas para el donante, los riesgos son mínimos. Así, si la donación es a partir de médula ósea, se lleva a cabo en condiciones estériles de quirófano y es lógicamente necesaria la administración de anestesia (general o epidural) por lo que el riesgo es el intrínseco a la anestesia, con una incidencia inferior a 1 x 50.000 anestesias.
En el caso de la donación a partir de la sangre periférica, previo a la donación, se requiere de la inyección de un medicamento, denominado 'factor de crecimiento', para favorecer la salida de las células madre del interior de los huesos donde se hallan al torrente sanguíneo. Durante el tiempo que dura este tratamiento (4 o 5 días) el donante puede tener sensación de cansancio, dolor generalizado de huesos y músculos (como en un proceso gripal) que mejora con calmantes suaves.
De este modo, el la donación efectiva tiene un tiempo de donación de unas pocas horas. En el caso de que se trate de una aspiración de médula ósea, una o dos horas, mientras que si se trata de sangre periférica se puede extender a 3 o 4 horas (pudiéndose repetir al día siguiente si se precisan más células de las recolectadas durante el primer día).
Un gesto sencillo que puede ayudar a salvar a personas que, como Alejandro, sufren enfermedades cuya cura puede estar en manos de otros.
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