El verano ya está aquí y muchos recurrimos a gafas de sol para proteger nuestros ojos, para ver con mayor comodidad o simplemente por estética, pero debemos tener cuidado a la hora de elegirlas, pues no todas nos resguardan con la misma eficacia e incluso pueden suponer un riesgo para nuestra visión. Además, la fuerte luminosidad que se produce puede empeorar nuestra percepción al volante, algo que debemos evitar a toda costa.
En una ponencia titulada “Lentes solares. ¿Cuál es la protección más adecuada para cada persona?”, presentada en el Forum de Gafas y Lentes, la profesora Amalia Lorente, de la Facultad de Óptica y Optometría de la Universidad Complutense, aseguraba que “cuando nos ponemos gafas de sol, la pupila se abre y la agudeza visual disminuye. Si además somos amétropes (cualquier defecto ocular que ocasione un enfoque inadecuado de la imagen), vamos a ver mucho peor, porque se pierde contraste y se pierde nitidez”. Razón por la que es más que aconsejable que quien padece defectos visuales use gafas de sol graduadas para conducir.
Tipos de gafas
Según Tráfico y Seguridad Vial, la revista de la DGT, hay tres tipos de gafas de sol: tintadas o con recubrimientos, polarizadas y fotocromáticas. Las tintadas llevan en la lente moléculas embebidas que absorben la radiación, de forma uniforme o degradadas. Y las que tienen recubrimientos reflejan la luz, reduciendo los reflejos, pero son más delicadas, ya que el recubrimiento puede saltar por golpes o rayaduras.
Por su parte, las polarizadas utilizan el efecto de la polarización para eliminar los reflejos, lo que quiere decir, de forma simplificada, que solo dejan pasar la luz en un sentido, por lo que también serían una buena opción.
Las fotocromáticas, por su parte, cambian de color y de transmitancia cuando se exponen a la luz. Se activan (oscurecen) con bastante rapidez (unos 30 segundos) ante la radiación ultravioleta (UV), aunque con altas temperaturas no se activan. El inconveniente es el tiempo de desactivación: hoy por hoy, largo (3-5 minutos), lo que las hace desaconsejables para conducir.
Los colores más recomendables
En cuanto al color de los cristales, la profesora de la Universidad Complutense recomienda, en general, utilizar filtros grises, marrones o verdes “que no alteran la percepción del color”, recordando que los marrones “incrementan el contraste” y los verdes, “además de incrementar el contraste, reducen los reflejos y la fatiga ocular”. Los cristales de color rosa también incrementan el contraste y reducen la fatiga ocular en usos prolongados, mientras que los amarillos, por bloquear la luz azul, pueden ser aconsejables en pacientes con patologías retinianas.
Lo que debemos evitar
En la revista inciden en que nunca deben utilizarse al conducir ni gafas de sol fotocromáticas ni las de filtro de categoría 4. Con este tipo de gafas, al entrar en un túnel, la visión queda gravemente comprometida, ya que reducen tanto el paso de la luz (categoría 4) que es como conducir a ciegas, y el largo tiempo de adaptación de las fotocromáticas (3-5 minutos) reducen dramática y peligrosamente la visión.
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