La abderitana Elisabet Suárez Vargas recibió el pasado miércoles de manos de Su Majestad el Rey Felipe VI la medalla con la Orden al Mérito Civil. Horas después, relata a La Voz de Almería cómo fue el acto y otros detalles del mismo en el Palacio Real de Madrid.
Arquitecta técnica, ingeniera de Caminos, Canales y Puertos, máster en Ingeniería Acústica y doctora por la Universidad de Granada, Elisabet Suárez es también docente en esa institución granadina.
¿Cómo ha sido el proceso para ser seleccionada para recibir la Orden del Mérito Civil?
Me llamaron a finales de mayo desde la Casa Real y me comunicaron la condecoración. No me lo creía. Les respondí que yo no me había presentado a ningún premio y me dijeron que habían seleccionado a una serie de españoles por sus méritos. Me costó un poco creérmelo.
Ha mantenido el secreto casi un mes.
Nos lo pidieron desde Casa Real. Sí lo sabían mis familiares más directos porque, por ejemplo, teníamos que organizarnos para que alguien se quedara con mi hija. El fin de semana pasado ya se lo pudimos decir a otros familiares y amigos. En el colegio La Asunción de Granada, donde estudia mi hija Elísabet, pusieron el acto en directo.
¿Cree que se merece la condecoración recibida de manos de Su Majestad el Rey?
Creo que si ellos lo han considerado así, pues sí.
¿Qué le comentó Felipe VI?
La verdad es que todos fueron muy cercanos durante el acto. Estuvieron muy pendientes de nosotros. De cada uno de los 19 conocían perfectamente nuestro currículum. Nos dijeron que la última decisión para elegir a los 19 condecorados fue de Sus Majestades los Reyes.
¿Estaba nerviosa en el acto de imposición de la condecoración?
Hicimos un ensayo antes y la verdad es que estaba todo bien calculado. En el momento real del acto ya no estaba tan nerviosa.
En la posterior comida en el Palacio Real se produce el brindis inesperado por parte de la Princesa Leonor y la Infanta Sofía.
Fue muy bonito cuando dijeron “papá, mamá”. Se les notó emocionados a los Reyes cuando escucharon a sus hijas hablar en esos términos. Durante todo el acto, estuvieron muy cariñosos entre ellos. Era un día importante para ellos.
¿Es monárquica o no quiere entrar en estas cuestiones?
Los Reyes son buena gente. Muy preparada. Mucho más preparada que los políticos de turno.
Está claro que a los monarcas españoles les preocupan cuestiones como el cambio climático.
Eligieron 19 principios que enumeró el Rey en su discurso cuando fue proclamado hace 10 años y eligieron a 19 personas que los representaban por su perfil. En mi caso, el de la sostenibilidad.
Ocurre que su área de investigación, la sostenibilidad en la construcción, es muy desconocida.
El hormigón es un material poco sostenible y ahora estamos cambiando hacia materiales más sostenibles como puede ser la madera.
Se formó en el Instituto ‘Abdera’ de Adra y después en la Universidad de Granada, donde ya ejerce de profesora. ¿Los vínculos con Adra no los ha perdido?
Mi familia está allí y tenemos un piso en Adra. Cada vez que podemos, vamos. Y más ahora que empieza el calor. Vamos los fines de semana y en las vacaciones.
Hasta ahora el nombre de Elisabet Suárez Vargas era desconocido en la provincia de Almería.
Nosotros hacemos un trabajo más o menos anónimo. Somos conocidos en nuestro ámbito, pero no en el ámbito social.
Participó en una charla en Adra con motivo del Día de la Niña y la Ciencia, pero tiene poca relación con el mundo investigador almeriense.
Es cierto. En la Universidad de Almería no se tratan temas de construcción. Están más centrados en otro tipo de áreas.
¿Por qué tiene que ser la construcción sostenible?
El sector de la construcción de edificios contamina mucho. El 40 por ciento de las emisiones de CO2 se deben a la construcción y a los edificios. Se trata de un porcentaje muy alto que hay que ir reduciendo y tender a construcciones con baja huella de carbono. Se habla mucho de descarbonizar el sector de la construcción porque contaminamos mucho. Hay que mitigar el cambio climático y trabajo en investigaciones para lograrlo. En la docencia hago mucho hincapié en eso. Estamos formando a profesionales que son los que tienen que llevar a cabo ese cambio en la construcción.
Pero las construcciones de madera son mucho más caras que las tradicionales de hormigón y ladrillo.
No tiene por qué. El objetivo es usar madera local, de kilómetro cero. Cuanto más cerca tengas el material, te saldrá mucho más económico. Siempre pensamos en la casita prefabricada de madera, pero ya se pueden hacer rascacielos de madera de hasta 80 metros de altura.
En Almería, desgraciadamente, poca madera tenemos.
Pero se puede llevar desde Granada, que está más cerca que Austria.
Hay muchos países que nos llevan la delantera.
Muchísimos. Estados Unidos, todo el Norte de Europa, Austria,… España va entrando poco a poco en esa dinámica. Cada vez se hacen más construcciones con madera.
Y en el caso de Almería, ¿se puede ser ejemplo de construcción sostenible?
Yo hablo de la madera pero se están haciendo materiales con residuos agrícolas, por ejemplo. La provincia de Almería tiene mucho que decir si se actúa en el campo adecuado.
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