Educación consciente para transformar a familias, docentes, niños y niñas

“Los niños que descubren sus pasiones tienen más claro su propósito en la vida”, afirma Atienza

María Atienza impartiendo una formación de inteligencia emocional a docentes y familias en un centro escolar.
María Atienza impartiendo una formación de inteligencia emocional a docentes y familias en un centro escolar. La Voz
Irene Moral
10:45 • 20 dic. 2024

María Atienza, neurocoach en inteligencia emocional y mindfulness, es una firme defensora de la educación consciente. Su enfoque integral enseña a adultos y niños a gestionar sus emociones, conocer sus talentos y desarrollar una autoestima sólida. Atienza, además de su labor como maestra, imparte formaciones dirigidas a padres, madres y docentes, así como talleres para niños, donde se trabaja el autoconocimiento, la gestión de emociones y el descubrimiento de sus pasiones, junto con técnicas para organizar la vida desde edades tempranas.



El papel fundamental de los educadores



Atienza subraya la importancia de que los educadores sean conscientes de sus emociones, ya que su estado interno afecta directamente al entorno de aprendizaje. “Si los maestros o los padres y madres no gestionan sus emociones ni son conscientes de sus creencias, pueden transmitírselas a los niños”, asegura la neurocoach.



La educación consciente: como María Montessori



Atienza encuentra inspiración en el enfoque de María Montessori, quien comparaba a los niños con semillas que requieren un entorno adecuado para crecer. Según la neurocoach, los niños deben ser tratados como individuos únicos con el potencial de desarrollarse a su propio ritmo. Para ello, los educadores tienen la responsabilidad de proporcionar herramientas emocionales y cognitivas que les permitan florecer. “La educación consciente implica ver al niño en su totalidad: no solo en su capacidad intelectual, sino también emocional”, explica la formadora.



La importancia del autoconocimiento en niños



“Los niños que saben identificar sus emociones y se sienten valiosos tienen una mayor capacidad para afrontar desafíos”, asegura nuestra neurocoach. Además, Atienza resalta que los niños deben descubrir sus talentos y pasiones para sentirse motivados y enfocados en sus metas. “Cuando los niños descubren lo que les apasiona, entienden mejor su propósito en la vida y les resultará más fácil elegir su camino y crecer con una autoestima alta”, afirma.




Del victimismo y la reactividad a la responsabilidad y proactividad


Uno de sus principales motores, afirma Atienza, es la necesidad de unir esfuerzos. “En mis años de maestra he observado una gran división en la que los docentes culpan a las familias y las familias a los docentes de las carencias que se aprecian en el día a día en nuestros pequeños: falta de atención, motivación, gestión del estrés... entre otras muchas. Si cada uno responsabiliza al otro quiere decir que nadie se ocupa. Me gustaría poner mi granito de arena en que esto no sea así.” Para Atienza, ser padre, madre o maestro es un aprendizaje continuo, y por ello invita a la reflexión: “¿Qué voy a aprender hoy como guía de estos niños y niñas?” En lugar de “¿Qué voy a enseñarles yo a ellos?”.


Más allá del aula


María Atienza ha creado una propuesta formativa en inteligencia emocional para docentes y familias sobre autorregulación, educación consciente y crianza respetuosa que lleva a cabo en los centros educativos. También imparte talleres para los niños y niñas de infantil y primaria sobre orden y mindfulness. Para más información sobre sus formaciones y recursos, se puede visitar su web www.miburbujaordenada.com o seguirla en redes sociales como @miburbujaordenada.



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