La polémica ‘purga’ que sugiere Donald Trump para acabar con la criminalidad

La conocida franquicia cinematográfica "La Purga" ha dejado una marca imborrable en el imaginario colectivo gracias a su impactante trama y sus profundas reflexiones sociales. Escrita y dirigida por James DeMonaco, esta serie de películas, lanzadas entre 2013 y 2021, presenta una visión distópica en la que, durante 12 horas al año, todo delito, incluidos el asesinato y el robo, es permitido. Esta noche de caos extremo, denominada "La Purga", sirve como una oportunidad para que los ciudadanos más violentos desaten su furia, mientras los más desprotegidos, como indigentes y personas sin recursos, quedan a merced de los atacantes.

El escenario está ambientado en un futuro cercano, con un gobierno tiránico, los "Nuevos Padres Fundadores de América", que defienden esta sangrienta tradición como una forma de reducir el crimen y controlar el crecimiento poblacional. Argumentan que al permitir la violencia por un periodo limitado, la sociedad vive en paz el resto del año. Sin embargo, esta supuesta solución expone una sociedad profundamente desigual: los ricos se protegen en hogares fortificados, mientras que los pobres quedan expuestos al horror.

Más allá del entretenimiento, la película presenta una fuerte crítica social, denunciando el abuso de poder y la injusticia económica. Además, explora cómo los personajes deben tomar decisiones extremas en circunstancias aterradoras, mostrando cómo la legalización de la violencia puede despojar a las personas de su humanidad.

Este debate ha resurgido tras las polémicas declaraciones de Donald Trump, quien durante un mitin en Pensilvania sugirió, aparentemente en tono de broma, la posibilidad de permitir un "día de violencia extrema" para lidiar con el aumento de la criminalidad. Comparado con la idea de "La Purga", Trump mencionó que, en situaciones de delincuencia descontrolada, podría plantearse permitir "un día duro y violento".

Aunque su equipo aclaró que se trataba de una broma, la referencia ha generado un intenso debate y fuertes críticas. La vicepresidenta Kamala Harris reaccionó rápidamente en redes sociales, condenando este tipo de comentarios que, aunque no se tomen literalmente, pueden trivializar la violencia y alimentar el miedo en una sociedad ya polarizada.