El impacto de Almería en la vida de Clint Eastwood: del desierto al estrellato

Llegó siendo un actor desconocido y volvió a Hollywood reconvertido en un icono del cine

Clint Eastwood- Twitter
Clint Eastwood- Twitter La Voz
Isabel Gallardo Llergo
10:48 • 06 nov. 2024 / actualizado a las 10:58 • 06 nov. 2024

En la década de los 60, Almería, un árido paraje al sur de España, se transformó inesperadamente en el epicentro de una revolución cinematográfica. Fue allí donde un joven actor estadounidense, conocido principalmente por sus papeles en televisión, se unió al director italiano Sergio Leone para filmar la icónica Trilogía del Dólar.



Clint Eastwood, aun sin fama en Hollywood, viajó hasta el desierto de Almería para rodar Por un puñado de dólares (1964), un western que redefiniría su carrera y lo convertiría en uno de los grandes rostros del cine. Eastwood llegó a tierras almerienses sin ser consciente de las durísimas condiciones de rodaje a las que tenía que enfrentarse. 



Almería, cuna del 'spaguetti westernt'



Bajo un sol implacable y en un ambiente hostil, la producción enfrentó desafíos culturales y logísticos, pero el paisaje desértico de Almería, con sus montañas y polvorientas llanuras, se convirtió en protagonista indiscutible del film. Esta atmósfera contribuyó a dar forma al spaghetti western, un subgénero que cambió para siempre el cine del oeste.



Sergio Leone, un director que hasta entonces trabajaba en proyectos modestos, se inspiró en las películas de samuráis de Akira Kurosawa, aportando al género un tono más duro y crudo. Eastwood, con su ceño fruncido, mirada fría y su clásico poncho, encarnó al antihéroe perfecto: un pistolero sin nombre, moralmente ambiguo y movido por el interés. Por este papel, con el que ganó apenas 15,000 dólares, su imagen se definiría para siempre, poniendo los cimientos de lo que sería su gran futuro como actor. 



El éxito de Por un puñado de dólares fue solo el principio, seguido por La muerte tenía un precio (1965) y El bueno, el feo y el malo (1966), consolidando esta trilogía como un fenómeno cultural. Estas películas no solo transformaron la percepción de los westerns en la industria, sino que también hicieron de Eastwood, con su presencia magnética y estilo minimalista, un ícono del cine.



Almería, a su vez, quedó inmortalizada como el paisaje legendario de los duelos más intensos del Viejo Oeste.



A pesar de las dificultades físicas del rodaje, Eastwood siempre ha expresado cariño hacia la tierra andaluza, a la que llegó como un actor más y de la que partió convertido en una estrella. En retrospectiva, Eastwood admitió que en algún momento quiso regresar a Almería, pero diversas circunstancias se lo impidieron.


La visión de Leone y su habilidad para capturar la tensión emocional con primeros planos y largas escenas de suspense influyeron en el estilo de Eastwood como actor y posteriormente como director. "Sergio me enseñó mucho sobre el poder del silencio y la narrativa visual", dijo en una ocasión, refiriéndose a técnicas que luego aplicaría en sus propias películas galardonadas como Sin perdón o Gran Torino.


40 películas y un estreno inminente

El legado de su paso por Almería se mantiene hasta hoy, en un año en el que Eastwood presenta su 40º largometraje, Jurado Nº2. Ambientada en un tribunal de Georgia, la película sigue a un hombre que enfrenta un dilema moral cuando es citado como jurado en un juicio en el que él mismo está implicado.


Al igual que en trabajos previos como El francotirador, Sully o Richard Jewell, Eastwood pone a su protagonista, Nicholas Hoult, frente a un intenso conflicto ético. Después de 40 películas y una vitrina llena de premios, Eastwood puede decir orgulloso que Almería fue crucial en su carrera. Y es que la productora con la que financia sus películas nació en suelo español.


La productora que nació en suelo almeriense

Su nombre, que proviene de una parcela que compró en Malpaso Creek, simboliza la advertencia de su agente sobre lo que podría significar para su carrera ir a España a filmar un spaghetti western. Con el tiempo, Eastwood demostró que la decisión fue acertada, expandiendo la compañía y convirtiéndola en una de las productoras independientes más prestigiosas de Hollywood.


A sus 94 años y con la posibilidad de que este sea su último film, es innegable que Eastwood guarda un profundo vínculo con Almería, aunque su edad le haya impedido regresar. Aun así, la provincia sigue orgullosa de haber acogido al joven que llegó siendo un desconocido y volvió a casa reconvertido en una leyenda del cine.


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