La Oficina, La Bella Varsovia y Delirio, tres modos de ‘Editar desde las afueras’

La Facultad de Poesía José Ángel Valente reunió ayer a tres editoriales independientes de poesía

Encuentro de editores con Toño Jerez, Elena Medel y Fabio de la Flor, ayer.
Encuentro de editores con Toño Jerez, Elena Medel y Fabio de la Flor, ayer.
Marta Rodríguez
21:45 • 14 mar. 2016

El sello almeriense de La Oficina Producciones Culturales surgió de la necesidad de publicar las ‘plaquettes’ de su ciclo ‘Poeta de guardia’ y de dar voz a autores de calidad que no encontraban su sitio en el sistema editorial tradicional. Algo parecido ocurrió unos años antes en Córdoba con La Bella Varsovia. Sus fundadoras eran dos universitarias que iban a recitales, pero luego no encontraban esos versos de indudable solvencia en forma de libro. 




“Sabía tan poco de edición que los primeros libros costaron muchísimo. Recuerdo haber hecho un curso, que me costó sesenta euros, en La Casa Encendida de Madrid para aprender a maquetar”, apuntó la editora Elena Medel, de La Bella Varsovia.




“En la periferia no hay nadie que te enseñe. De haberlo habido, me habría ahorrado mucho tiempo y disgustos”, añadió Fabio de la Flor, de la editorial salmantina Delirio.




Toño Jerez de La Oficina Ediciones Culturales, Elena Medel de La Bella Varsovia y Fabio de la Flor de Delirio protagonizaron ayer la segunda cita de la Facultad de Poesía José Ángel Valente, en el Aulario IV del campus de La Cañada. Un encuentro de editoriales independientes a propósito del tema ‘Editar desde las afueras’.




“El mes pasado tuvimos a Chantal Maillard, pero no nos queríamos quedar en la mera lectura de versos. La poesía necesita editoriales independientes, que no pertenecen a grandes grupos y suelen ser empresas unipersonales. Editar desde la periferia es rizar el rizo porque la poesía es la periferia de la literatura”, argumentó el escritor Raúl Quinto, coordinador de esta iniciativa junto a la profesora Isabel Giménez Caro.




Recuerdo para El Gaviero
Elena Medel confesó que para ella es imposible hablar de edición independiente de poesía sin aludir al sello almeriense El Gaviero. “El proyecto Ana Santos y Pedro J. Miguel, que ahora llega a su fin, ha sido un referente para todos”, expresó la también escritora.




La Bella Varsovia apareció en 2005 coincidiendo con un pequeño ‘boom’ de editoriales minúsculas que dinamizaban su entorno más cercano. Con el tiempo, su catálogo ha evolucionado de autores cordobeses a escritores de cualquier procedencia que aportan algo. “Edito libros porque quiero enviar un mensaje. Me interesan los libros que pueden cambiar las cosas”, confesó.




Para Medel, trabajar desde las afueras tiene ventajas (“creas un tejido local”) e inconvenientes (“estás alejada de los grandes medios o librerías”). 


En este sentido, Fabio de la Flor aseguró que lo de la periferia tampoco tiene ya mucho sentido. “Mi editorial está donde está mi ordenador”, opinó.


El catálogo de Delirio es bastante heterogéneo, “lo mismo traduce a Pasolini que saca los tuits del cineasta Rodrigo Cortés”, señaló Raúl Quinto. “El libro es el producto que he visto en mi vida que encierra una historia mayor, tiene algo de telúrico. Mi forma de editar consiste en otorgarle la mayor brillantez”, indicó De la Flor.


Toño Jerez subrayó que el sistema editorial se ha volatilizado y que crear este sello es su modo de aportar un granito de arena a la difusión de la poesía de calidad. “No somos un sello de autoedición, no lo publicamos todo y no nos limitamos a los autores locales”.



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