Antonia Bocero, un rostro imprescindible del circuito cultural almeriense, ha vuelto después de un tiempo de silencio. Y lo ha hecho en su doble faceta de escritora y crítica con la publicación de un libro de poemas, ‘La farsa y la verdad en su ojo de metal’, y la recopilación de quince años de artículos en dos volúmenes que arrojan una radiografía de cómo ha evolucionado el panorama artístico en la tierra del indalo.
‘Los sueños del arte’ -así se titula esta compilación de críticas publicadas entre 1999 y 2013 en su mayoría en LA VOZ- recoge tres etapas. Tal y como explica la autora, en la primera, los lugares expositivos eran muy escasos, y casi siempre mostraban el trabajo de los mismos artistas.
“La segunda fase fue de fortalecimiento, con la inauguración del CAMA, el CAF o el Museo Arqueológico, con magníficas exposiciones de artistas autóctonos y de todo el mundo”, reflexiona.
En la tercera etapa, la actual, se han cerrado salas y galerías, “incluso de las que prometían un alto nivel”. “Por suerte, aún tenemos espacios expositivos institucionales, y algunos privados, que van salvando la situación. La queja de los artistas es que no tienen dónde exponer”, señala.
Eso, desde el punto de vista de los espacios. En cuanto a la calidad de los artistas, “hasta los años 80, el panorama estaba ligado al Indalismo; posteriormente han llegado creadores jóvenes (de Almería y de fuera de la provincia), que vienen de estudiar Bellas Artes y han traído aires nuevos”, considera.
En opinión de Bocero, la crisis económica ha supuesto un claro retroceso en el panorama cultural almeriense, “al menos en cuanto a la capacidad de los artistas para desenvolverse y exponer en la provincia”. “Por otro lado, muchos de los nombres que acudían a ARCO [Feria Internacional de Arte Contemporáneo] ya no lo hacen al carecer de respaldo”, indica en una entrevista a LA VOZ.
Una demanda Según Antonia Bocero, la apertura hace un año de la primera pinacoteca de Almería, el Museo de Arte Doña Pakyta, responde a una demanda de muchos amantes del arte. “Da la oportunidad de conocer de primera mano la pintura almeriense de los siglos XIX y XX, incluidos los Indalianos”, apunta. “Andrés García Ibáñez ya venía haciendo una gran labor con el Museo Casa Ibáñez de Olula del Río y ahora incorpora el Doña Pakyta a través de la Fundación Ibáñez-Cosentino”, añade.
A su juicio, dinamizar el mundo del arte pasa por que las instituciones y las galerías privadas trabajen de forma conjunta. “A su vez, sería estupendo que alguna galería de ámbito nacional abriera aquí una filial, ya que enriquecería el panorama y potenciaría el sector del coleccionismo, lo cual beneficiaría a los artistas”, sugiere.
Refugio íntimo y compromiso social
Meses antes que ‘Los sueños del arte’, veía la luz ‘La farsa y la verdad en su ojo de metal’, el cuarto poemario de Antonia Bocero. Un libro directo en el que se filtra el paisaje de Almería. Una obra en la que la autora se detiene en la luz y la belleza sin olvidarse de los más necesitados. “Creo que, al margen de usar la poesía como un refugio íntimo, el escritor debe tener un compromiso con la sociedad, además de consigo mismo”.
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