El IES Galileo homenajea al conserje, Antonio Durán, por su jubilación

El conserje del IES Galileo, Antonio Durán Valdés, recibe un homenaje de toda la comunidad educativa del centro de enseñanza del barrio de Pescadería, por su reciente jubilación. 

La fiesta ha tenido lugar en la finca que la ‘Peña taurina Pascual Oña’ posee en Los Molinos. Teniendo ocasión de disfrutar en un ambiente campero de una bonita y divertida capea.

“Antonio, para nosotros, es una institución en el Centro. Su llegada al IES Galileo coincidió con el año de la Olimpiada de Barcelona y la Expo. Pensamos organizarle una fiesta que le gustara. Nos pareció original organizarle el homenaje en la Peña Taurina Pascual Oña. Sabemos que a Antonio le gustan los toros, el flamenco, el vino y las mujeres. Ese fue el motivo de venir hasta aquí. Hemos acudido a esta cita alrededor de cincuenta personas, entre los que se encuentran, docentes, trabajadores, ex docentes. Antonio es muy querido y por ese motivo nadie ha querido perderse la ocasión de acompañarlo en un día tan especial para él”, señaló la jefa de Estudios del IES Galileo, Lola Andújar.

La llegada a la finca de cada uno de los asistentes, fue el momento de que Antonio Durán Valdés, recibiera el cariño y agradecimiento de toda la comunidad educativa que integra el IES de Pescadería.

“Este homenaje me está gustando muchísimo. Con respecto a la jubilación, tengo que decir que aún no me he acostumbrado. En el IES Galileo, de Pescadería, he estado trabajando alrededor de 25 años. Entré, coincidiendo con la celebración de la Expo Universal de Sevilla, del año 1992”, rememoró a LA VOZ Antonio Durán Valdés.

La comida
Rememorar cada uno de los acontecimientos que han vivido junto a Antonio Durán, fue el tema de conversación de los asistentes, tanto los que están desempeñando su labor profesional en el Centro, como los que ya se han jubilado.

El propio Pascual Oña fue el encargado de recibir a cada uno de los asistentes, mientras el cocinero, Gustavo Acosta, hacía a la parrilla las costillas y el lomo de cerdo, además de la paella que Pascual Oña cocinó para los comensales y que los camareros de Almería sirvieron a los asistentes. La fiesta concluyó con una divertida capea, donde dieron unos capotazos muchos de los asistentes.