Un paseo por Marble Valley

Y los cuentos me llevan al Valle del Mármol acompañada por sus príncipes. "Sigue el sendero de baldosas amarillas, Dorothy, llegarás a Ciu

Recorriendo las instalaciones de Camar, en la Comarca del Mármol.
Recorriendo las instalaciones de Camar, en la Comarca del Mármol.
Mar de los Ríos
01:00 • 09 ago. 2016

Comenzaba el día a trasmano relegando el móvil en casa y volviendo a recogerlo a la carrera. Esto puede crear un estado de ansiedad solo comparable con olvidar a un hijo en la puerta del colegio. Mis clases de pilates me ayudaron a superarlo. Respiración profunda y conversación fluida con amigas escritoras. Y ya estábamos en el restaurante La Tejera (Olula del Río). Nos reuníamos al toque de corneta de Juan Grima los diecisiete autores de la tierra que este año hemos tenido el honor de componer los libros de verano por excelencia y que llevan editando con esta misma fórmula e ilusión durante doce años: editorial Arráez, Cosentino y LA VOZ. El tema elegido en esta ocasión es el mármol y por eso la colección de los cuatro libros que salen consecutivamente los cuatro domingos de agosto ha quedado en llamarse: Alma de mármol, cuentos y relatos.




Estratos milenarios
El sol de justicia que perfila nuestra tierra nos acompañaba desde el microbús que nos llevaría hasta el mirador habilitado en la carretera de las Canteras. Allí, Ramón Ramos (antiguo contable de la empresa y parte de la familia Cosentino) pugnaba con Juan Grima en discursos entrelazados sobre la historia del mármol en este valle y su determinante influencia sobre su desarrollo desde hace milenios. La aridez de las lomas destripadas, su fileteado por la mano del hombre, te sitúan frente a la grandeza del planeta y nuestro futuro conjunto: piedra y vida. El artista y fotógrafo Rodrigo Valero junto con Elena Tinickaya, la ilustradora de la colección, no paran de buscar imágenes y ángulos con su cámara y su rotulador respectivamente. Huyo de ellos sin mucho éxito. (No por nada, es que congelada pierdo mucho).




Camar o la artesanía industrial
Nuestro periplo recala en una empresa familiar con proyección mundial, como todas las de la zona. El actual dueño, Antonio Sánchez Tapia, nos recibe junto con su perro, Pal. Ambos son muy afables. Pienso que Pal estaba destinado a ser el verdadero rey de este taller, un labrador negro azabache de cola inquieta paseando entre el blanco Macael: hermoso retrato de bello trazo. Y Antonio despliega sus historias de las mil y una noches para nosotros y se hace la magia. Érase una vez una familia de picapedreros que haciendo su trabajo bien fueron los elegidos para construir una réplica de la Alhambra en siete meses en Arabia Saudita, en lo que nuestros insignes antepasados tardaron siete siglos. Nos desgrana con mucha sensibilidad, anécdotas llenas de encanto. Como la de un humilde artesano granadino quien también fue elegido para proporcionar el ladrillo rojo genuino a la réplica del palacio nazarí, y cómo su tesón lo hizo millonario en meses. Nos habla de los 150 tipos de capiteles que componen sus 500 columnas y que ellos reprodujeron en su taller; de los 2200 m2 de pavimento de mármol, de la reproducción exacta que el rey saudí quería de la torre de Comares, con sus grietas actuales incluidas… Nunca había columbrado tantos mármoles y granitos distintos: verdes esmeralda, rosa palo, rallados y el más exótico y caro del mundo, el ónix. Es como la corteza de un árbol de piedra y su precio de fábrica son 2200 euros/m2. Nos enseña unas piezas de granito rojo casi listas y que coronarán la Sagrada Familia dentro de poco; unos rosetones con efigies de mármol para la fachada del Banco de España… Le susurro a Pal: aquí te darán bien de comer, ¿no?

Imperio Cosentino
Por fin llegamos a Ciudad Cosentino, porque eso es exactamente. El líder mundial en la fabricación y distribución de superficies innovadoras para la arquitectura y el diseño, tiene en su recibidor de calle una gran escultura del prestigioso arquitecto y diseñador Daniel Libeskind, artífice del edificio nuevo de la Zona Cero de Nueva York. Beyond The Wall (A través de la pared) no es una impostura, al contrario, es una espectacular espiral visitable en su interior resultado de la colaboración que mantiene con el estudio Libeskind Design. El microbús nos traslada por las calles de Ciudad Cosentino a toda velocidad sin parar en ninguna de ella, mientras una guía igualmente acelerada trata de darnos una visión aproximada de la producción mundial de este imperio del mármol y el granito, con cifras astronómicas. Como la fórmula de la Coca-Cola: tan rentable, tan secreta, tan grande. Además están en construcción doblando la superficie de naves de almacenamiento. Consumen diariamente el agua de una ciudad mediana que reciclan escrupulosamente; tienen una Formación Profesional propia aprobada por el Ministerio de Educación para nutrirse de personal cualificado; becan con estudios universitarios gratis a los expedientes excelentes de este país; cuentan con veinte personas de atención al público para gestionar todas las peticiones de mecenazgo que reciben diariamente... Y paramos en sus oficinas. Su director de Marketing, Santiago Alfonso, un tímido albojense con aspecto de profesor de instituto, nos presenta a uno de los hermanos Cosentino, a José. Nos sientan en la sala de juntas y yo creo estar en uno de los capítulos de Falcon Crest, me siento en esos sillones y tras una imponente mesa soy por unos minutos Ángela Channing. Santiago nos sigue desgranado los proyectos artísticos recientes. La que más ilusión parece hacerle es la efigie de la Mujer del Almanzora, de 8 metros de altura, que el artista Antonio López está realizando como su primera escultura en mármol y que quedará instalada a las puertas del museo de Andrés García Ibáñez; el museo fotográfico de Pérez Siquier, ya en marcha, y una espectacular revista de arquitectura, de cosecha propia, ‘C’, de la que nos regala con orgullo de padre un ejemplar.




Y volvemos a La Tejera, felices, exhaustos. Un oasis en medio del Marble Valley donde concluye la jornada tras un estupendo almuerzo lleno de ilusión y de letras. Sin duda hemos visto al Mago y nos ha concedido el deseo. Es todo un orgullo haber participado en este proyecto, al que he tenido el honor de bautizar como Alma de mármol. Porque es el latido acompasado de docenas de sentimientos, en ese instante donde el tiempo se detiene y los humanos nos ponemos de acuerdo para sonreír desde el alma, en este caso, desde el Valle del Mármol.








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