Seis dulces poetas. Grandes nombres en la segunda temporada de ‘Las Dulces Tardes’

Los poetas llaman a los poetas. Y ese boca-oreja habla de un recital de formato coqueto en el sótano de un café donde una vez al mes se produce el encuentro entre literatura y música. Los propios autores que han pasado por allí, seducidos por la magia del momento y el calor del público, aconsejan nuevos nombres que podrían encajar en ese contexto. El contexto de un ciclo, ‘Las Dulces Tardes Poéticas’, que ha logrado que su fama le preceda y que no haya un escritor que se resista a protagonizarlo.

‘Las Dulces Tardes Poéticas’ de La Dulce Alianza, en el Paseo de Almería, afrontan una nueva temporada con el sosiego de haberse hecho un nombre en el panorama de las letras gracias a la gran nómina de autores que han pasado por allí y que, a través de ese boca-oreja, están atrayendo a otros tantos. Sólo la temporada pasada, el ciclo contó con escritores de la talla de Eloy Sánchez Rosillo, Luis García Montero, Luis Alberto de Cuenca y Andrés Neuman. 

“El ciclo empieza a coger algo de caché y, a pesar de que tampoco contamos con mucho presupuesto, estamos haciendo una nómina muy grande”, señala a LA VOZ el coordinador de la actividad, Aníbal García.

De cara a esta segunda temporada, ya están cerrados los poetas de los seis primeros meses y la calidad vuelve a ser el denominador común de la programación. He aquí un repaso a sus méritos para venir:

 1. Juan Antonio González-Iglesias, 15 de septiembre. Para Aníbal García, el poeta salmantino debe figurar en cualquier evento de poesía de alto nivel porque es “un estudioso y un gran trabajador a nivel de creación y de traducción”. “A pesar de tratar temas clásicos, su poesía es refrescante y posee un ritmo muy fluido. Creo que es imprescindible”, argumenta.

2. Benjamín Prado, 13 de octubre. “Aunque en la actualidad se ha dedicado mucho a su serie de novelas, tiene que estar porque sus poemas hacen florecer el aforismo. De frases y aseveraciones muy cortitas va componiendo poemas que tienen un todo muy interesante y sugerente. Es muy interesante esa forma de escribir y aporta algo nuevo”, valora el coordinador de ‘Las Dulces Tardes Poéticas’.

3. Antonio Cabrera, 10 de noviembre. La elección de Antonio Cabrera como una de las voces del programa responde a una recomendación expresa de Antonio Lafarque, consejero literario de Aníbal. “Viene con libro nuevo y no podíamos dejar pasar la oportunidad de tenerlo por aquí”, reconoce. 

4. Luis Eduardo Aute, 15 diciembre. El cantautor y poeta participará en los recitales de La Dulce Alianza si a final de año ha conseguido recuperarse del problema de salud que ha sufrido este verano. Algo en lo que García confía plenamente. “Esperamos que se ponga bien y que lo tengamos con la ironía y el humor que lo caracterizan. Es un hombre que también debe estar como el gran poeta que es”.

5. Manuel Vilas, 19 enero. “Empezamos año con el que quizá sea el poeta más de moda del momento por esa forma tan peculiar de escribir que tiene pasando del metro clásico a casi la prosa poética o el poema versicular”, subraya Aníbal. En Manuel Vilas, también descata ese personaje poético tan bueno de sus composiciones.

6. Joan Margarit, 9 de febrero. En opinión del alma máter de la propuesta, si Margarit no está en un ciclo poético, el ciclo está cojo. “Queremos aprovechar y tenerlo por aquí y que nos lea esos poemas tan bien contados que escribe porque es un estupendo rapsoda, le da el énfasis que necesitan sus poemas para ser entendidos. Lo vamos a disfrutar muchísimo”, concluye.

El recital de música y poesía y la plaquette Santa Paula que acompaña a cada encuentro forman parte de un todo para el público de ‘Las Dulces Tardes Poéticas’. De ahí que desde la coordinación se estudie con mucho cuidado incorporar cualquier tipo de novedad.

Los músicos constituyen una de las claves del éxito del ciclo y se seleccionan en función de lo que puede encajar más con el escritor en cuestión y con su obra.

La financiación de la propuesta sigue siendo eminentemente privada y se sustenta, sobre todo, en La Dulce Alianza. A partir de ahí, cuenta con una serie de pequeños mecenas que permiten hacerla viable sin perder un ápice de calidad. Aun así, Aníbal García confía en contar pronto con nuevos apoyos que posibiliten dar una mayor estabilidad al programa, de modo que éste pueda crecer y enfrentarse a nuevos desafíos en un futuro no muy lejano.