Y con José Coronado llegó el rock and roll

Con una escenografía minimalista inspirada en el lagarto que se ha convertido en su nueva imagen -metáfora del ‘cambio de piel’ experimentado en esta nueva etapa-, el Festival Internacional de Cine de Almería celebró anoche en el Auditorio Maestro Padilla su gala de clausura más ambiciosa, y también la más larga (unas dos horas y media). Una ceremonia conducida con magistral perfección por una elegantísima Cayetana Guillén Cuervo en la que, después de los veintiseis galardones para cortos y largometrajes del palmarés, se hizo entrega del Premio Almería, Tierra de Cine a José Coronado. La nota emotiva la puso el recuerdo a una niña de ‘Argar’, fallecida el sábado: la asociación de padres de niños con cáncer ha estado recogiendo fondos durante el festival y anoche dos sillas vacías sirvieron para honrar su memoria.

El actor madrileño, que rodó en la provincia 'La vuelta del Coyote' (Mario Camus, 1998) y 'Poniente' (Chus Gutiérrez, 2002) y la película ‘Tarde para la ira’, con cuatro muescas en la sección ‘Ópera Prima’ incluyendo mejor largometraje, fueron los grandes protagonistas de la noche, que contó con dos actuaciones de Alex O’Dogherty (divertidísimos sus diálogos con la intérprete de lengua de signos) y la presencia de un centenar de rostros conocidos de series como ‘Seis hermanas’ (con la almeriense Eva Almaya como anfitriona), ‘Acacias 38’, ‘El secreto de Puente Viejo’, ‘Centro médico’ y, por supuesto, ‘Mar de plástico’, cuyo elenco es ya casi tan habitual de esta tierra como el indalo. 

Asistieron además cineastas como Gracia Querejeta, Kike Maíllo y Chus Gutiérrez, quienes entregaron disintos galardones, así como el actor Bruno Sevilla, natural de Vícar, que en enero estrenará 'Proyecto Lázaro', tercer largometraje de Mateo Gil.

Estelar Coronado
Tras un intenso día que comenzó a las once de la mañana con rueda de prensa en la Diputación, José Coronado subió al escenario del Maestro Padilla más de doce horas después para recoger el ‘Almería, Tierra de Cine’ tras una presentación de Chus Gutiérrez, su directora en ‘Poniente’. La cineasta le obsequió con algo que, confesó, llevaba guardando desde entonces: un cartel de la película al estilo de los años 50 realizado por un cartelista granadino que conocieron durante el rodaje.

“En mí tendréis un embajador, voy a encargarme de contar de dónde venís, dónde estáis y hacia dónde vais. Y este premio irá a un lugar privilegiado en mi biblioteca pero Almería la llevaré en el corazón hasta que me muera”, expresó Coronado tras recibir el reconocimiento del festival.

De rodillas y muy emocionado, quiso después brindar el galardón al público, que le respondió con una ovación en pie. Una forma de devolver parte del cariño que el protagonista de ‘La caja 507’ ofreció durante todo el día de ayer. Parafraseando a su Santos Trinidad, hubo muchas ganas de rock and roll en Almería: besos, abrazos, achuchones y selfis para recibir al actor de ‘No habrá paz para los malvados’, que supo regalar en todo momento bonhomía y serenidad. 

“Ahora tenéis la obligación, Gabriel, Ramón [exclamó dirigiéndose al presidente de la Diputación y al alcalde de la capital] de poner a Almería donde debe estar: en la cúspide del cine. La naturaleza os ha dotado de un plató único y tenéis una tradición cinéfila que ha recibido a los mejores del mundo. Todo lo que hagáis irá en beneficio vuestro y generará más turismo, empleo y cultura”, afirmó en la clausura. 

El audiovisual de la tierra estuvo representado en el palmarés del certamen internacional de cortos con ‘El norte’, de Juan José Zanoletty (mejor corto almeriense), y con ‘e-Life’, de Mario DC Carbajosa y Vibha DM (mejor interpretación en un corto almeriense para Alba García), y con el premio al proyecto de producción para el documental ‘Almería, 1975’, de Kiko Medina, quien ya lo ganó hace dos ediciones con 'Todo saldrá bien'.

En cuanto al 'Ópera Prima', 'Tarde para la ira', de Raúl Arévalo, se llevó cuatro premios (película, director e interpretaciones para Luis Callejo y Ruth Díaz), '100 metros' fue elegida segunda mejor película y David Cánovas, José Amaro Carrillo y Alberto García Martín se llevaron el mejor guion con 'La punta del iceberg'.

El exterior del Maestro Padilla contó esta vez con alfombra azul para poder ver a la gente del cine de cerca. Y por la mañana, el Paseo de las Estrellas se engalanó como se merece para descubrir el nombre de José Coronado, que ocupa el lugar número trece. El madrileño recorrió durante unos diez minutos la alfombra roja y saludó a todo aquél que se lo pidió. El público pudo seguir el acto de forma cómoda tras las vallas dispuestas y ayudó a crear el ambiente de cine que se persigue con el festival de cine. 

Esta ciudad, por fin, empieza a creérselo.