Existe una frase que seguro has escuchado en más de una ocasión durante esta época del año: “qué bonita es la Navidad”. Y yo me pregunto: ¿eso se come? Es verdad, la Navidad es una época muy bonita, aunque para los estudiantes que vivimos fuera de nuestro hogar, el adjetivo ‘bonita’ se queda corto. Siempre que vuelvo a casa por Navidad saludo al jamón antes que a mi madre. Abro la boca y no puedo hablar porque me he metido sin querer cinco trozos de turrón. ¡Ojo, yo no me quejo! Y menos cuando llevo todo un mes antes con la preparación mental. El primer evento, la Nochebuena, cena en la que a mucha gente la posee el espíritu de Chicote y las cocinas se convierten en el plató de Masterchef: así es mi casa. La noche de fin de año en la que no pueden faltar las doce uvas: cuando empiezan a sonar las campanadas creo que me vuelvo la persona más arrítmica del mundo, o me adelanto o me atraso, pero lo importante es comérselas según dicen. Y el momento más mágico de la Navidad, sobre todo para los niños: la noche de Reyes. Por favor, disfrutad de la familia en estas fechas. Juega con los más pequeños al escondite, aunque tengas 50 años, o al mus con tu abuela, aunque tengas 18. Come todo lo que puedas, llora de la risa, bebe vino con tus amigos, pasea en el frío y canta villancicos. ¡Feliz navidad!
Nochebuena
Las cuatro cosas que faltan; Este día empieza con mi madre levantándome para ir a comprar “Las cuatro cosas que faltan”. El año pasado las bolsas de plástico del súper casi me amputan los dedos: esas malditas asas son un arma del demonio.
Las típicas preguntas; Los platos van y vienen, mientras tu tío va haciendo a los distintos miembros jóvenes de la familia el típico cuestionario: “¿Te has echado novia?” “¿Has conseguido trabajo ya?”.
Pavo para una semana; Como suele pasar, en estas cenas sobra comida, pero ya sabéis cómo somos los almerienses, que no tiramos nada. El año pasado mi madre cocinó pavo al horno, y estaba delicioso… el primer día. Digo esto porque nos tiramos una semana comiendo pavo en mi casa.
Nochevieja
Propósitos que no se cumplen; Es esa noche en la que tu prima la gorda volverá a decir que en enero se apunta al gimnasio y en la que rezas para que tu abuelo no se ahogue con las uvas.
El móvil cansino; Todo gira en torno a una cosa: ¿Las uvas? No, el móvil. Ni sumando todos los mensajes del año llegas al mismo número que ese día. Además, ves todos los años a los mismos que han hecho copia y pega y ponen: Feliz 2015. Y tú dices: ¡esto es de hace dos años!
¿Quién limpia?; Después de las uvas la gente desaparece: los más televisivos se ponen a ver una de esas galas que llevan tres meses grabadas, los jóvenes van despidiéndose para disfrutar de la fiesta, pero... ¿Y quién friega los platos?
Día de Reyes
La cabalgata; Cuando eres niño, lanzarse a recoger los caramelos es como ir a la guerra, una guerra en la que el peor enemigo son las abuelas, que con la excusa de “pa’ mi nieto” sacan fuerzas y energía para pillar caramelos con una rapidez increíble.
Noche sin dormir; Era la noche que peor dormía del año. Mis padres me crearon el trauma de que si me despertaba los Reyes Magos no venían. Como una estatua, señores.
El regalo más especial; Mi padre siempre me contaba que su regalo de Reyes eran cuatro naranjas. Muchos padres se sienten mal por no poder comprar a sus hijos ese regalo que tanto quieren, pero que tanto cuesta. A veces no nos damos cuenta de que el regalo más bonito para estas fechas es el tiempo.
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