Pasacalles de luz y color para la Cabalgata de Reyes

La noche que todos los niños esperaban dio ayer su pistoletazo de salida con la bienvenida de sus Majestades de Oriente a la capital almeriense. 

El rey Gaspar fue el primero en expresar tu tremenda emoción y la de sus compañeros a su llegada a Almería con unas sinceras palabras: “Hoy es el día de la alegría”. Por la mañana, realizaron su primera misión visitando a las personas mayores de la Residencia Santa Teresa Jornet, y entregado sus regalos a los niños y niñas ingresados en el Hospital Torrecárdenas. 

Luego, el tradicional cortejo partiendo desde la Alcazaba que recorrería las calles del Casco Histórico para dar a parar en la Casa de las Mariposas donde les esperaría el alcalde de Almería, Ramón Fernández-Pacheco les esperaría junto a la concejala de Cultura, Educación y Tradiciones, Ana Martínez Labella.

Tras el saludo desde el balcón del edificio ubicado en la Puerta de Purchena, la comitiva real sería conducida hasta la calle Obispo Orberá para dar inicio al evento principal del día, la Cabalgata. Miles de almerienses se dieron cita para una celebración de música, alegría y color compuesto por más de 500 personas encargadas de iluminar los rostros de los más pequeños y de repartir los dos millones de caramelos preparados para el desfile.

La Cabalgata, que se hizo esperar algo más de media hora, recompensó a los asistentes con tres pasacalles internacionales, dos de Francia y uno llegado desde Gran Bretaña, que dejaron con la boca abierta al público. Uno de ellos, titulado ‘Umbrella’, reúne a una treintena de figurantes, que realizan juegos, bailes y figuras con los paraguas de vivos colores que se iluminan con luces Led. También se han sumado a la Cabalgata de Almería ocho gigantes osos iluminados, unos hinchables manejados con destreza por los especialistas. Y el tercer espectáculo un pianista interpretando una bella melodía en directo, con una bailarina subida al instrumento, recordando las cajas de música antiguas. 

Tras el desfile, sólo queda esperar que los niños fueran pronto a la cama y hayan despertado todos con sus sueños cumplidos.