Leire Martínez: “En el camino a la fama es fácil perderse. Para bien o para mal, ya hemos pasado por eso”

Sin perder su aire juvenil, La Oreja de Van Gogh se ha hecho mayor. Experiencias que recorren ‘El planeta imaginario’, su nuevo disco, que hoy presentan en el Teatro Auditorio de Roquetas a las 21.30 horas. Allí viajamos de la mano de su vocalista, Leire Martínez (Rentería, Guipúzcoa, 1979).

Han estado cinco años alejados del estudio de grabación. ¿Cómo ha sido recuperar la dinámica?
Ha sido un reto. Cuando llevas tanto tiempo componiendo te da la sensación de que algunas cosas ya las has escrito, de que te puedes estar repitiendo. Como en todos los procesos han existido dudas, algunos altibajos, les hemos dado muchas vueltas a las canciones. Pero siempre que empiezas de cero acaba surgiendo algo, surge la magia. Esto es lo que nos engancha. Y el momento en que terminas una canción, cuando sientas que has dado forma a la idea que tenías en la cabeza, cuando se la puedes enseñar a familiares y amigos cercanos, es maravilloso. Es un bonito proceso de aprendizaje.

En ‘El planeta imaginario’ abordan temas como la violencia de género y el alzhéimer. No es la primera vez que abordan temas sociales pero muchos destacan que estamos ante un disco de madurez. ¿Está de acuerdo?
Siempre nos ha preocupado lo que ocurre a nuestro alrededor. Querer hablar de ciertas cosas requiere poder buscar la palabra que quieres. Y no siempre es fácil. Los temas de los que hablamos están tratados con respeto, sabemos que afectan a mucha gente. Y que el mundo sea como es tiene que ver con nosotros: si algo no nos gusta, hay que decirlo para poder cambiarlo. Por eso, hay que encontrar la palabra exacta para hablar de ciertas cosas, darles luz pero sabiendo qué se dice y cómo se dice. En este disco hemos aprendido esto y nos hemos atrevido a hablar de forma más explícita de algunos temas.

También influirá la edad: la banda lleva 20 años sobre los escenarios y ustedes ya rozan los 40.
Sin duda, tiene mucho que ver. Dicen que nuestras letras siempre han hablado de amor pero ahora la perspectiva es otra. No es lo mismo hacerlo a los 20 que los 40. Surgen otros amores: a tus hijos, a tus padres... 

Y su público, ¿ha cambiado durante este tiempo?
No creas, no ha variado tanto. Es verdad que en los inicios del grupo las canciones iban más dirigidas a gente que tenía nuestra edad pero en este proceso de crecimiento se han empezado a unir otros con ellos. Ahora vemos a familias enteras en nuestros conciertos, a los padres con sus críos y amigos. Hay gente que empezó con nosotros, ha crecido y sigue estando ahí. 

Su segundo trabajo se titulaba ‘El viaje de Copperpot’ en un homenaje a ‘Los Goonies’. Y este es ‘El planeta imaginario’, como un programa infantil de los 80. ¿Existía esa intención, ese guiño generacional?
No, no tiene nada que ver, no era esa la intención, aunque cuando lo estábamos grabando suponíamos que nos iban a decir eso. Por un lado, teníamos en mente hacer balance. En veinte años de trayectoria han pasado muchas cosas: hemos sido padres, hemos atravesado procesos personales y profesionales intensos, cosas que te marcan como el fallecimiento del padre de un compañero [el histórico socialista vasco Txiki Benegas, padre de Pablo, guitarrista y compositor de la banda]. Hemos reflexionado mucho y una de las cosas que tenemos claras es que los cinco componentes de La Oreja de Van Gogh somos muy normales por separado: nos enamoramos y nos desenamoramos como todo el mundo, todos hemos decidido tener hijos... Pero cuando nos juntamos los cinco estamos en un planeta imaginario: viajes increíbles, pisar escenarios de todo el mundo... Es un mundo paralelo en el que también vivimos. La Oreja de Van Gogh es ese planeta en el que somos y hacemos lo que queremos. 

¿Y cómo hacen para volver a la Tierra sin sufrir mal de altura?
En el camino al éxito es fácil perderse. Para bien o para mal, ya hemos pasado por ese proceso, hemos aprendido muchas lecciones. Una de ellas que disfrutamos más de nuestra vida real y de lo que nos rodea. Lo demás es fantástico pero dura un rato. 

Esta visita a Roquetas es una de las primeras paradas de su gira. ¿Qué recuerdos tienen de su paso por el Teatro Auditorio?
Entre nuestros fans de toda la vida hay varios de Almería, un lugar en el que nos encontramos con gente que nos sigue desde los inicios. Y en el Teatro Auditorio nos tratan muy bien: siempre nos regalan esas corbatas personalizadas [su director, Juan José Martín Uceda, estrena una con cada gran espectáculo que pase por el recinto]. Nos sentimos muy cómodos allí, es estar como en casa.