Las Migas dejan una buena ración musical a su paso por el Maestro Padilla de la capital

Conquistaron al público con su delicada mezcla de flamenco, sones y violín

Las Migas durante su actuación.
Las Migas durante su actuación.
La Voz
19:48 • 05 feb. 2017

Una cuidada puesta en escena, con velas y flores por el suelo, y una cálida luz daban la bienvenida a los espectadores que llenaron el patio de butacas para disfrutar de uno de los primeros conciertos de la gira de presentación del tercer trabajo discográfico de estudio de Las Migas, ‘Vente Conmigo’. Una cita musical que pertenece al programa del ‘Invierno Cultural’ y que durante dos horas hizo las delicias del respetable y también del cuarteto formado por Alba Carmona (voz), Marta Robles (guitarra), Alicia Grillo (guitarra) y Roser Loscos (violín).




“Tenéis un teatro que es un bombón”, aseguraba la vocalista tras las dos primeras canciones, ‘Viejo Patio’ y ‘Vente Conmigo’, excelente carta de presentación, que tuvo continuidad en ‘Dime Que Sí’.




Guitarras y violín
La delicadeza de Las Migas se hizo palpable en la muy lograda conjunción de las dos guitarras flamencas con violín, instrumentos además apoyados por el contrabajo de Pepe Maya y la percusión de Paco Santiago. Como reconocimiento a sus orígenes como grupo, y también de dos de las componentes de origen catalán, Roser y Alba, la formación interpretó la emocionante ‘La Plaça del Diamant’, para después abordar con seriedad necesaria los malos tratos en ‘Ojos Grandes’.




Fue en este punto cuando cualquier atisbo de previsibilidad saltó por los aires, ya que el concierto devino en una plausible variedad. Primero con la instrumental ‘Guajira para Julio’, interpretada a dos guitarras por la sevillana Marta Robles y la cordobesa Alicia Grillo. Tras ella, vendría una versión sentida y aflamencada del famoso tango ‘Voy a Perder La Cabeza Por Tu Amor’.




A continuación, Alba Carmona sorprendió al público con un amplio abanico de baile y zapateo al ritmo de ‘Peregrinitos’. Una mezcla entre lo clásico y contemporáneo, combinado con baile, que se llevó una cálida ovación. Para culminar el brillo individual de cada una de las componentes, Roser Loscos se quedaría a solas en el escenario para dialogar públicamente con su violín.




Cierre
Tras acordar un cántico para pedir los bises, el cuarteto volvería a las tablas para terminar con la delicada y poética ‘La Noche’, la introducción de ‘Larga Vida al Loco’, para concluir con ‘por fiestas rumberas’.






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