Cañadas, el poeta indaliano. Una exposición y un libro rescatan la historia del pintor

María Dolores Durán publica la primera monografía sobre Luis Cañadas y coordina una muestra con mucha obra inédita

Luis Cañadas en la Escuela de Arte, donde dio clase. Murió hace justo cuatro años.
Luis Cañadas en la Escuela de Arte, donde dio clase. Murió hace justo cuatro años.
Marta Rodríguez
11:18 • 14 feb. 2017

Fue un niño miope. Tenía un número impresionante de dioptrías. Y eso influyó en su producción artística. Sólo al final de su vida se operó y pudo ver durante una etapa muy pequeña. Entonces descubrió los colores. Empezó a pintar de un modo mucho más intenso. Hasta que un velo negro volvió teñir sus ojos ya empequeñecidos por el paso del tiempo y dejó de pintar nada. Tan poco veía que en el año 2010 escribió un cuento -también le gustaba escribir- apoyado en una lupa y en su hija.




Además de uno de los mayores exponentes del Movimiento Indaliano, Luis Cañadas (Almería, 1928-Madrid, 2013) fue ese niño miope. Y un ser humano dotado de una sensibilidad extrema que supo salir adelante en tiempos de la dictadura franquista, la misma dictadura que lo había dejado huérfano de padre en 1939. Tenía nueve años.




“En Cañadas, la pintura va unida a la persona”, explica a LA VOZ María Dolores Durán, avalada por toda una trayectoria dedicada al estudio de los indalianos. La profesora de Historia del Arte e investigadora acaba de publicar con Diputación la primera monografía dedicada al pintor, que se presenta hoy miércoles 15 de febrero, a las 20 horas, en el Palacio provincial de Almería. 




Con el título ‘Luis Cañadas, poesía de la pintura indaliana’ -que alude a esa calidez humana que transmitía a sus creaciones-, el volumen va acompañado de una muestra que se ina­ugura hoy y que permanecerá expuesta hasta el próximo 10 de marzo.




Particularidades
Según relata Durán, la producción de Cañadas tiene algunas particularidades con respecto al resto de indalianos. Es el que más obra tiene tanto en instituciones (por ejemplo en la Subdelegación de Gobierno) como en iglesias. “Hay una frase suya, ‘Mis sentimientos los guardo en la caja fuerte del alma’, que cobra todo el sentido con el hecho de que nunca demostró odio o revanchismo por el fusilamiento de su padre. De hecho, la mayoría de los contratos que le hacen en Almería vienen del Gobierno Civil o de la Iglesia”, señala.




Y otra peculiaridad, su actividad artística no se limita a la pintura. También trabaja el mosaico, el mural y las vidrieras, “facetas que el resto de indalianos no tocan en absoluto” y que estarán representadas en la exposición. No en vano, la propuesta reunirá 47 obras -“muchas de ellas inéditas”- procedentes del Museo Villa del Río de Córdoba -donde custodian parte de su legado-, de colecciones particulares y de varias instituciones.




Si el libro sobre Luis Cañadas refleja su evolución y las temáticas que lo marcaron e incorpora testimonios tan valiosos como el de su hermano, el poeta Aureliano Cañadas, los preparativos de la exposición han traído consigo hallazgos que María Dolores Durán no duda en calificar de “tesoros”.




Uno de esos descubrimientos se ha producido en la Iglesia de San Pablo de Almería, donde la investigadora ha encontrado unos dibujos del indaliano, de más de dos metros. Se trata de los bocetos que hizo antes de ejecutar el mural del templo. “Estaban enrollados y guardados desde el año 95, uno me lo he traído para exponerlo porque, en su caso, un boceto es una obra de arte en sí misma”, apunta.


El otro “tesoro” es un precioso mosaico de Cañadas que ha aparecido en la valla de un chalé de la provincia. Puede verse un pescador, una mujer y un niño. “Después de las gestiones pertinentes, el Ayuntamiento de Almería lo ha adquirido para el Museo de Arte Doña Pakyta, pero antes podrá verse en la muestra del Patio de Luces”, confiesa.


Gracias a ‘Luis Cañadas, poe­sía de la pintura indaliana’, se ha logrado recuperar parte de la vasta obra del artista que permanece dispersa en Almería y fuera de Almería, “alguna incluso se ha perdido o destruido”. “En lugares como la Casa de los Maestros, ha desa­parecido. En otros, como una guardería de La Chanca, lo tenían como parte de la salita de cunas y no sabían lo que era, pero lo habían mantenido”.


Un homenaje a la altura de Cañadas
Centrada en el estudio del Movimiento Indaliano desde los 22 años, la investigadora María Dolores Durán confeccionó su primera obra centrada en Luis Cañadas hace un tiempo. Era un librito del IEA que seguía el rastro del pintor por las instituciones públicas de Almería. Aquella publicación, sin embargo, le parecía algo efímero para lo que merecía Cañadas, de modo que hace un par de años entró en contacto con la única hija del pintor y empezó a preparar ‘Poesía de la pintura indaliana’.



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