Un barrio con vocación de pueblo. Eso ha sido siempre el Barrio Alto de Almería. Su caprichosa ubicación entre dos ramblas, la avenida Federico García Lorca y Amatisteros, ha tenido mucho que ver en que tradicionalmente se haya tratado de una zona aislada del resto de la ciudad. Una zona en que los niños podían jugar en la calle y se vivían escenas más propias de un pueblo.
En ‘Barrio Alto. Los paraísos perdidos’ -que ha publicado el IEA y se dará a conocer el próximo 7 de marzo en el salón de actos de la UNED-, Agustín Belmonte (Almería, 1951) traza un relato novelado de la historia reciente de esta zona. En concreto, el libro se detiene en los años 50 y 60 aunque constituye la segunda entrega de una trilogía que recorre la evolución del barrio desde una perspectiva temporal mayor.
En su presentación ayer ante los medios, el autor encuadró la obra en el género de narrativa de no ficción o novela testimonio y aseguró que los protagonistas son los escenarios -la Escuela de los Depósitos, el Parque de Bomberos o la Huerta de don Leopoldo- y los personajes reales -como Rosales, el conductor de ambulancias, o Antonio, el bombero- que aparecen a lo largo de más de 300 páginas. “Yo aparezco en calidad de secundario”, apuntó.
Por su parte, el coordinador del IEA, Francisco Alonso, destacó cómo Belmonte recupera dichos de la época y cancioncillas de las abuelas.
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