Vikingos en la Alcazaba

El conjunto monumental acogió el pasado domingo una actividad realizada por la asociación cultural Viking Southern MG

Cuando los vikingos intentan atacar la fortaleza, los guerreros andalusíes ofrecen batalla.
Cuando los vikingos intentan atacar la fortaleza, los guerreros andalusíes ofrecen batalla.
Guillermo Fuertes
22:32 • 28 mar. 2017

El grupo de bélicos normandos (‘mayús’ como los nombraban los andalusíes, o vikingos, como los conocemos nosotros) han sido recibidos por el ‘wadi’ de la fortaleza de Almería. Corre el siglo X, y los reinos del Mediterráneo sufren desde hace años los ataques de estos fieros guerreros llegados en veloces y extraños barcos.




Son duros de pelar, y ya han saqueado Sevilla y otras ciudades. Incluso han incursionado en las cercanas minas de Rodalquilar. De modo que varios reyes andalusíes deciden pactar, y contratar a algunos como mercenarios.
Los guerreros se miran con desconfianza, mas el ‘wadi’ y el ‘jarl’ del norte se saludan y recorren la fortaleza en paz. Todo se desarrolla bien, pero, al llegar a la muralla de La Vela, los normandos rompen el pacto y deciden saquear la ciudad.




Los andalusíes no se amedrentan, y combaten. Vuelan las flechas y las lanzas, y los vikingos resisten con un muro de escudos. Relucen entonces las espadas y las hachas. Finalmente, los normandos se ven superados y se rinden. Y proponen comerciar...




Historia
La Alcazaba de Almería acogió el pasado domingo una recreación histórica de unos sucesos poco conocidos por los almerienses. “Está documentado que, a partir de año 844, los piratas vikingos asolaron estas costas”, explica Sven Thorson R. Rigaud, historiador por la Universidad de Granada y el ‘jarl’ de la asociación cultural Viking Southern MG. “Incluso llegaron hasta Italia”.




Aquí atacaron, probablemente, en tiempos de Abderramán II, y fueron una de las causas fundamentales de que se comenzaran a construir en la costa una serie de rábitas o fortalezas de vigilancia, “y que, años después, una de ellas, la de este cerro, fuera la base de la Alcazaba”.




El público los acompaña por todo el recorrido y jalea el combate, y Sven va explicando cada detalle. Muestra las armas y los aperos de combate, explica las técnicas de lucha. Al final, incluso hace participar a los niños en  juegos vikingos auténticos.




“La experiencia ha sido fantástica”, afirma Arturo del Pino, director del conjunto monumental. “Ha venido mucha gente y se ha tratado muy bien la parte histórica, algo muy importante. La Alcazaba tiene un potencial brutal para estas cosas. Lo vamos a repetir”.





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