Todos los detalles del concierto más esperado del año

Bisbal arranca su gira con 9.000 enamorados

Un momento del espectacular concierto de David Bisbal.
Un momento del espectacular concierto de David Bisbal.
Evaristo Martínez
15:46 • 03 jun. 2017

Haciendo un símil con el agua, tan presente en el título y la estética de su nuevo disco, la gira ‘Hijos del mar’ de David Bisbal zarpó el viernes con éxito ante 9.000 almas congregadas en el recinto de conciertos del Ferial de Almería. Con la seguridad de estar arropado por los suyos y la satisfacción de haber agotado entradas una semana antes, el cantante presentó el espectáculo con el que recorrerá en los próximos meses España y plazas de Europa y América.




Una propuesta deslumbrante en lo visual (luces envolventes y proyecciones y dos grandes monitores, con una realización muy televisiva, flanqueando el escenario) y perfectamente calculada en lo musical: dos horas, clavadas, para un recorrido por quince años de carrera diseñado para satisfacer a los recién llegados (suenan cinco de los diez temas de su último trabajo) y a los que han crecido con él desde ‘Corazón latino’.




Aunque pudo saludar a muchos de sus seguidores durante la prueba de sonido (las entradas ‘front stage’ - 90 euros frente a las 30 de pista- así lo permitían), Bisbal quería sacudirse los nervios del estreno desde el primer momento. Por eso empezó enérgico con ‘Mi norte es tu sur’ y ‘Antes que no’, ambas de ‘Hijos del mar’. Sin interrupción, uno de sus grandes éxitos, ‘Esclavo de sus besos’, de ‘Sin mirar atrás’, que dio paso a la primera declaración de amor de la noche a Almería y a su gente. “Gracias por acompañarme al inicio de mi gira, nuestra gira. Estoy enamorado de mi tierra, me encanta que la gente venga a visitarnos y a apoyarme en este momento tan importante para mí. Os quiero mucho”, expresó emocionado.




El concierto continuó con un bloque melódico: ‘Quiero perderme en tu cuerpo’, ‘Culpable’ y ‘El ruido’, que casi se fusionó con ‘Tú y yo’ antes de cerrar este primer tramo con la rotundidad de ‘Sí pero no’ y el entusiasmo de ‘Diez mil maneras’.
“Como os prometí, este concierto iba a tener varias partes pasando por diferentes géneros musicales para mimar, con cariño, a toda la gente que nos ha seguido desde el principio”. Así presentó un pequeño ‘medley’ acústico con varios temas (por ejemplo, ‘Esta ausencia’, de su segundo disco, ‘Bulería’, el menos presente del repertorio) con el que se sentó por primera vez. 




Tras ‘Duele demasiado’ (otra incursión en ‘Hijos del mar’), cuyos derechos ha donado a Unicef, volvió a hacer un guiño a sus fieles con dos temas de ‘Premonición’, ‘Calentando voy’ y ‘Silencio’ (uno de los más coreados), entre los que intercaló ‘Cómo será’, de su álbum de debut, ‘Corazón latino’.




Para afrontar el último tercio regresó a su trabajo más reciente y dedicó, en el que quizás fue el momento más emotivo de la noche, ‘Lo tenga o no’ a aquellos “que están en la búsqueda del amor”. “El amor de vuestra vida llega, os lo digo por propia experiencia, y ‘Lo tenga o no’ es para todos vosotros, y por supuesto para Rosanna [Zanetti], que está aquí”, dijo en relación a su pareja.




En ese recién creado ambiente de intimidad, Bisbal interpretó ‘Dígale’, en total comunión con el público, y ‘Mi princesa’, “dedicado a todas las princesas”, antes de zambullirse en su sencillo más reciente, ‘Fiebre’, que subió la temperatura antes de encadenar ‘Lloraré las penas’, ‘Torre de Babel’ y ‘Ave María’, envueltas en un sonido más electrónico
Tras presentar a sus seis músicos, el cantante regaló un único bis: un remix discotequero con extractos de ‘Fiebre’, ‘Antes que no’, ‘Diez mil maneras’, ‘Esclavo de sus besos’ y, de nuevo, ‘Ave María’ en la que Bisbal, pletórico, alteró la letra para mencionar a su madre y exclamar: “Tú serás mía, Almería, y yo soy tuyo”. Sentimiento que es la brújula de un navegante que por muchos puertos que pise nunca pierde de vista la tierra que lo parió.




Una pedida de mano antes del concierto


Media hora antes del directo, con miles de personas en el recinto (las puertas se han abierto a las ocho), alguien sube al escenario, micro en mano. “No soy Bisbal, solo un fotógrafo enamorado de su novia”, atina a decir el granadino Jorge Cuenca antes de pedirle la mano a Ana Vargas entre los aplausos del público.


Tras lograr un pase de prensa con la complicidad de medios almerienses y la colaboración de una persona de producción del cantante, Jorge pudo cumplir su sueño: sorprender a su novia, que había venido de Granada con una amiga sin saber que él estaría también en Almería. “Por un poquito casi no lo hago. Pero me han animado y he sido valiente por ella”, confiesa él a LA VOZ tras el concierto . “No tengo palabras”, asegura ella, aún “en shock”. Lo que Bisbal ha unido...



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