La Junta trabaja para declarar BIC las fortificaciones de la Guerra Civil

Técnicos de la Delegación territorial de Cultura de la Junta de Andalucía vienen realizando desde hace unas semanas visitas de trabajo para constatar el estado actual de la arquitectura defensiva de la provincia, con el fin de precisar las actuaciones que habrán de llevarse a cabo para su puesta en valor.

Según ha explicado el delegado territorial de Cultura, “conscientes de la importancia de la arquitectura defensiva relacionada con la Guerra civil española en nuestra provincia, desde la Delegación se viene trabajando en el estudio del historiador Francisco Miguel Guerrero Montero, titulado ‘Fortificaciones de la Guerra Civil española en Almería: búnkeres, trincheras y refugios’, con el objetivo de incoar su inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz con la tipología de BIC”.

La idea es, señala el delegado, teniendo como referencia el referido estudio, “proceder a la inscripción conjunta de todos los elementos defensivos que con motivo del conflicto civil se encuentran por toda la geografía provincial almeriense, teniendo en cuenta además las diferentes realidades de conservación que presentan cada una de ellas”.

En Almería
La provincia de Almería cuenta con un total de 56 edificaciones-arquitecturas defensivas distribuidas por la capital almeriense y los municipios de Cuevas del Almanzora, Mojácar, Carboneras, Níjar, Roquetas de Mar, El Ejido, Illar, Huércal Overa, Vera, Benahadux, Adra y Berja. En total se han estudiado 25 búnkeres, 15 trincheras (7 complejas y 8 simples), 9 refugios antibombardeos urbanos y tres bases con baterías de defensa. También se recogen los 4 kioskos de entrada a los refugios.

Según los trabajos que vienen realizando los técnicos de la Delegación, en general, los bunker almerienses, con más de 80 años de existencia, presentan un buen estado de conservación y su valor constructivo, ha precisado Valdivia, “hay que verlo en función de su utilidad, al tratarse de una obra de ingeniería militar de la última guerra de trincheras”.

El delegado ha explicado que los refugios de la capital, diseñados por el arquitecto Gui-llermo Langle, cuya construcción hubo de superar las dificultades de la tecnología de la época con la escasez de materiales que imponía la guerra, se muestran hoy con su sólida fábrica como un raro ejemplo de construcción desaparecida en el resto de España.

En cuanto a los cuatro kioskos de entrada a estos refugios que aún se conservan, seña-la Valdivia, “constituyen un magnífico ejemplo de arquitectura racionalista a pequeña escala, auténticas joyas urbanas de aquel momento histórico tan luctuoso para nuestra ciudad”.