Tres días para aprender de la guitarra de Tomatito

Para José Fernández Torres, su forma de tocar la guitarra es su forma de entender la vida. En cada posición, en cada manera de interpretar una estrofa, en cada falseta, está todo el tiempo que ha vivido. Sus circunstancias y avatares, cada metro del camino que ha recorrido desde que, siendo un niño, cogió una guitarra entre sus manos. Así es el flamenco, dice. Sólo así. Pero, ¿cómo se transmite eso?

Tomatito se queda un momento en silencio. Ladea la cabeza. “Hay algunas cosas que se pueden enseñar, pero… Es que salen de uno, y al receptor, que es el que las tiene que aprender, le cuesta mucho trabajo…”, asiente. “¿Cómo enseñas una personalidad a otra personalidad?, ¿cómo enseño una cosa que es muy mía a otro que a lo mejor no tiene que ver nada conmigo? Es complicado...”.

De pronto alza las cejas y sonríe. “Pero bueno, hay una fórmula, ¿eh?, que dice: “Benditos sean mis defectos, que de ellos me hago mi personalidad”. Entonces, eso mismo ellos tienen que ver en mi, y luego tienen que sustituirlo por una cosa suya, propia”.

Estudiar, siempre
Afuera el sol partía las piedras, pero en el salón del Museo de la Guitarra ‘Antonio de Torres’, de Almería, el aire acondicionado permitía la concentración. Tomatito se ha vuelto a poner delante de una clase para una nueva edición del Curso de Verano ‘Sonanta 2’, una convocatoria que ha hecho posible la colaboración entre el Área de Cultura, Educación y Tradiciones del Ayuntamiento de Almería, la Universidad de Almería y la Peña ‘El Taranto’. Y que, además, es el inicio de las actividades en torno al 51º Festival de Flamenco y Danza de Almería.

Al curso han acudido alrededor de 15 alumnos, guitarristas llegados de diversas provincias, además de varios de Almería. Son tres días de horas de guitarra junto a uno de los mas importantes músicos flamencos de la actualidad, y se nota en el respeto con que miran cada movimiento de sus dedos en la guitarra. A veces alguno de traba. “Tranquilo”, le dice Tomatito.

El objetivo del curso es precisamente “que no me vean tan lejos”, explica. “Les toco y les enseño falsetas de los discos… Sobre todo, estoy un poco preocupado con la técnica. Les digo que tienen que estudiar, siempre; que el don existe, pero, para que puedan hacer las falsetas limpias, y rítmicamente…, hay que estudiar, no hay mas misterio”.

A su lado, su hijo, José del Tomate, ya un guitarrista flamenco con nombre propio, y Antonio Luis López, otro extraordinario guitarrista almeriense. A veces tocan juntos, a veces explican una falseta, o corrigen a los alumnos. Las mañanas se van van volando. “Pero en realidad, para esta gente el estudio empieza cuando salen de aquí”, sonríe Tomatito. “Es cuando tienen que llevar lo que yo les he enseñado, de como yo lo hago, a su propia personalidad”.