"La aceptación del público es para mí la recompensa más grande imaginable"

Manuel Carrasco vendrá a Almería este viernes 28 de julio, con una actuación de la gira de su último disco, `Bailar el viento`

Manuel Carrasco cantando en el escenario, durante uno de sus conciertos.
Manuel Carrasco cantando en el escenario, durante uno de sus conciertos.
Cristina Da Silva
21:25 • 25 jul. 2017

En la conexión especial que la música crea con sus oyentes está el origen de la magia que transmiten las canciones. De ella nace ese momento casi estático en el que cierta melodía evoca recuerdos del pasado. Y salen a flote de la manera más efímera, de entre los recovecos de una memoria inconclusa que los redibuja al calor de las notas y las rimas.




Cantar con alegría, arrebato o tristeza, pero desde la emoción. Expresar lo que se siente de la forma más poética, con tintes melódicos que coloreen las palabras. Es lo que Manuel Carrasco aprendió desde niño, en aquellos tiempos de chirigotas y comparsas carnavalescas en los que nadie lo reconocía por la calle y sostener una guitarra entre sus manos le confería la mayor de las satisfacciones.




El cantante vendrá a Almería este viernes 28 de julio, con una actuación de la gira de su último disco, ‘Bailar el viento’. Será en el Recinto Ferial de Conciertos de la Vega de Acá, a las 22 horas.




Es la tercera ocasión en que su última gira lo trae a Almería. ¿Qué le ha inspirado para venir todas estas veces?




Para mí no son tantas veces porque Almería es una de las capitales andaluzas en las que menos he estado. Por eso, estoy encantado de venir. No va a ser de la misma manera que cuando estuvimos en Roquetas el año pasado porque vamos a traer un show más grande. Y estoy seguro de que a muchos les hará ilusión. 




Suele escribir canciones sobre las ciudades que visita. ¿En qué se basa para las letras?




Lo veo como un detalle, como algo cariñoso hacia el público. Surgió de forma improvisada y ya se ha convertido en costumbre, pero no es algo que haga con demasiado tiempo de antelación. Me divierte mucho y creo que la gente lo agradece. Lo veo como un pequeño guiño que sirve para llegar al corazón de la gente.




A la hora de componer, ¿se basa en historias propias o externas?


No todas las canciones empiezan desde el mismo punto. Unas vienen de la propia experiencia y otras no, pero conectan con tu persona de alguna manera. Están en tu ser y acaban saliendo. Es como si al escribirlas acabaras vomitando todo lo que llevas dentro. 


Como una especie de catalizador de las emociones...


Exacto. Para mí es algo que sana y que hace sentir bien; es como una manera de desahogarse. Al final consiste en hacer lo que a uno le nace, de la manera en que uno sabe. 


En general, sus canciones transmiten una energía positiva. ¿Lo ve cómo un reflejo de las vivencias personales o es más una cuestión de actitud?


Yo lo veo como intentar sacarle el lado bueno a las cosas, que siempre lo tienen. Aunque también tengo mi parte atormentada, ojo. Supongo que reflejar los aspectos positivos es una opción que he escogido, que tiene que ver con cómo soy y con cómo veo las cosas. 


Ha sido padre hace poco. ¿Cómo lo compatibiliza con la gira?


Como todas las familias, buscando las maneras y el tiempo para compatibilizarlo. Al final, esto es mi vida, es mi trabajo. Intento disfrutar de cada segundito que tengo y pasarlo bien, de forma que todo suceda de una manera natural. Trato de economizar el tiempo al máximo.


En el transcurso de la creación de un nuevo disco, ¿cuál es la etapa que más disfruta?


Me gusta mucho la parte de la composición, aunque escribir canciones es muy angustioso porque a veces no sale como uno quiere. Pero también es muy bonito y consiste en orientarme más hacia mí mismo. 
Llevo dos años con mil cosas y en mil sitios. Cuando acabe esta gira, pararé para dedicarle tiempo a la composición, que hace que uno se equilibre después de todo lo que le ha pasado. Por eso es una de las etapas que más disfruto. Pero luego, también disfruto lo contrario: subirme al escenario. Es un momento único que no se encuentra de otra forma. 


Ha sido coach de los programas ‘La Voz’ y ‘La Voz Kids’. ¿Cómo ha vivido ese paso de alumno a maestro?


Bueno, yo no diría tanto como maestro. No me veo como ejemplo para nada ni para nadie. De los 14 o casi 15 años que llevo de carrera, lo que puedo aportar son consejos, pero no intento entrar en cosas técnicas. 
Ellos ya saben cantar. Yo me centro en cosas más vitales que les sirvan para afrontar los retos que se les presenten, todo lo que les pueda venir, porque cuando eres joven no siempre sabes cómo afrontarlo. Mi objetivo es que mejoren el nivel y estén más motivados. Pero no es una situación fácil hacer un programa como ese.


¿Soñó desde niño con dedicarse a la música? ¿Se hubiese imaginado estar donde está ahora?


Mis sueños nunca fueron tan grandes como lo que he llegado a conseguir. Hay que trabajar y esforzarse mucho para hacerlo realidad. El fin es realizar una carrera musical y que sea reconocida y valorada. Lo que te hace feliz es que te sientas a gusto y que la demás gente también lo esté. La aceptación del público es para mí la recompensa más grande imaginable.
Luego ya con el tiempo uno tiene más responsabilidades y la cosa se complica. Yo intento hacer un camino que lleva mi nombre pero en el que me acompaña un gran equipo detrás.


¿En qué quedaron esas chirigotas y comparsas con las que empezó?


Fue mi salida a nivel musical. Lo que hacíamos era lo que veíamos a nuestro alrededor en ese momento. En Isla Cristina (Huelva) no había pop. No se hacía. 
Luego empecé a soñar: ¿Por qué no puedo yo también hacer esto? Pero pienso que ni me lo creía del todo. El carnaval fue lo que me motivó entonces y todavía sigue estando ahí, sigue siendo mi pilar. Sobre todo porque me une con la gente con la que me he criado. Es la sonoridad musical con la que crecí.



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