Lena Carrilero: "Almería me aporta tranquilidad y paz para poder parar y reordenar lo vivido"

España, Albania, Portugal, México... Con la gira de ‘Paraíso terrenal’, su primer disco, Lena Carrilero (nacida en 1994 en Cabra pero almeriense desde que llegó aquí de bebé) acumula durante los últimos meses un mapamundi de experiencias que un día quizás cristalicen en canciones como las de este álbum. Mañana actúa en el Festival Alma de Almócita.

¿Cuándo fue consciente de que las canciones que había atesorado en este tiempo iban a formar parte de un disco? 
Fui tomando consciencia poco a poco de que quería hacer un disco cuando estuve seis meses viviendo en Argentina y viví un proceso artístico muy fuerte, componiendo nuevas canciones, de diferentes estilos y de diversos temas, con las que me sentía bien. Eran ya bastantes como para poder grabar un disco, y a la vuelta a España, después de hacer una gira con Fran Mariscal con el proyecto ‘Los Flacos’, él también sentía lo mismo y decidimos hacerlo ambos, por separado, escuchando ese crecimiento musical e individual que habíamos tenido los meses que estuvimos separados.

Diez canciones integran este trabajo, producido por Txarlie Solano y grabado en el madrileño Estudio Uno. ¿Son todos temas nuevos?
Bastantes temas los he mostrado en los últimos conciertos que he hecho, algunos incluso tienen vídeos acústicos en YouTube, pero también he querido reservar unos cuantos que nadie ha escuchado para que la gente no tuviera una idea preconcebida de ellos y provocar un poco de sorpresa cuando los encontrasen.

El amor/desamor es un tema recurrente en sus canciones. ¿De qué otras cosas habla?
Es cierto que el amor y el desamor son los temas que predominan en mis canciones, pero también creo que se reflejan distintas etapas de esos estados según las canciones. Otras cosas de las que hablo… De sensaciones que he tenido conmigo misma ante el mundo, de incomunicación, de soledad, de incertidumbre ante el futuro; creo que un poco lo que nos pasa a todos en este siglo. Uno de los temas más diferentes es ‘Río salvaje’, que tengo la suerte de cantar con Pedro Pastor, y habla del momento en el que llegué a Suda­mérica. Estaba muy desconcertada porque la realidad que percibía era muy distinta a lo que conocía, y yo sentía que en la cabeza me brotaba un río salvaje donde se mezclaban todas las imágenes que veía con las que recordaba.

¿Con qué colaboraciones ha contado?
Con Fran Mariscal, por todo lo que hemos compartido y porque he crecido musicalmente junto a él; con Pedro Pastor, porque lo disfruto cada vez que cantamos juntos, y le da vida a mis canciones, las hace respirar; y con Adriana Moragues, porque ha sido una de las primeras personas que me ayudó a sacar la cabeza en el panorama musical (también porque la escuchaba cuando tenía apenas quince años). Cuando estaba grabando el disco sentí que esa canción necesitaba oír su voz, y sentir su luz. 

A pesar de que es muy joven, lleva cuatro años inmersa en la música, dos de ellos junto a Fran Mariscal recorriendo España y Suda­mérica. Algo al alcance de pocos. ¿Qué le ha aportado esa experiencia?
Me ha servido para crecer como persona, desenvolverme en realidades distintas a las que viviría si me quedase parada en un lugar, y para que mi música se vaya nutriendo de todo lo nuevo que conozco. Las canciones de ‘Paraíso terrenal’, aunque no hablen directamente de Sudamérica, tienen ritmos que la llevan dentro, y hablan de etapas que dejé atrás gracias a seguir caminando. Una vez que coges la guitarra, la mochila, y decides recorrer todos los lugares posibles para compartir la música, lo que recibes de la gente y de los lugares es tanto que cuesta mucho parar, aunque también resulta necesario cada cierto tiempo para digerir y darle forma a todo lo que has visto y lo que has sentido.

¿Cuál es su auténtico paraíso terrenal?
La verdad es que ‘Paraíso terrenal’ para mí tiene dos caras: una cara física (y ahí me imagino los paisajes de Almería, de Cabo de Gata, de las playas, de lo que siento cuando vuelvo a casa y me sitúo frente al mar; esa mezcla entre lo salvaje y la paz, lo caótico y la calma) y el paraíso terrenal interior, que es sentirte feliz con lo que estás haciendo, creer en lo que haces y luchar porque salga adelante, en paz con lo que te rodea y quienes te rodean.

¿Qué le aporta Almería para componer?
Esa tranquilidad y esa paz que necesito entre tanto viaje y movimiento para poder parar y reordenar todo lo vivido. Cada vez que puedo me escapo unos días y me voy al paseo marítimo, a escribir y mirar el mar. Cuando vuelvo a coger la guitarra todo suena más fresco, como si el viento hubiera conseguido mecer las olas y que de ellas salieran canciones.

Mañana sábado actúa en el festival Alma de Almócita. Seguro que le haría ilusión presentar su disco en Almería, la ciudad donde creció y en la que nació como artista. ¿Existe esa posibilidad? 
Existe, y parece que cada vez está más cerca... Para mí, presentar este disco en Almería sería algo muy importante, y que el ayuntamiento me ofreciese facilidades para poder hacerlo, también. 

¿Dónde le gustaría?
Sueño con hacerlo en el Teatro Apolo y traer a mis músicos de Madrid, con los que he tenido la suerte de grabar el disco, para que suene como se merece, en un lugar acondicionado para ello.

Ha tenido una experiencia con las letras con el poemario ‘Amores cronofóbicos’ (Valparaíso). ¿Qué sensación tiene tras el resultado final? ¿Volverá a escribir otro libro? 
La verdad es que ha sido una experiencia maravillosa. Comencé a armar el libro cuando estaba en Argentina, porque sentí la necesidad de hacerlo. Reúne algunos poemas, desde que tenía dieciséis años hasta ahora, y están escogidos para contar las diferentes etapas del olvido, cuando quieres recordar algo que ya no existe, aferrarte a ello, la relación con los recuerdos cuando se van alejando. Fue un proceso muy bonito, y estoy contenta con el resultado. Estoy trabajando en estos últimos meses escribiendo teatro, que era un género al que no me había acercado; también relatos cortos, más poesía... Así que sí, definitivamente va a haber un segundo libro. Lo que no sé es cuándo, y lo mejor, de qué; puede que me sorprenda hasta a mí misma.

Es una feliz noticia que llegue una nueva voz femenina a la canción de autor, donde considera que ha existido cierto machismo histórico, según me dijo en otra entrevista hace unos años. ¿Le genera una responsabilidad mayor, algún sentimiento especial?
Me genera una responsabilidad pero no como persona individual sino como perteneciente a esta nueva generación de voces femeninas que estamos dentro de un mismo circuito intentando alzar la voz, cada una con su tipo de música, con sus canciones, con los temas que tratan, pero creo que es necesario que se nos oiga, y que nos hermanemos para que eso sea posible. Estoy muy feliz porque cada vez veo que hay compañeras maravillosas haciendo cosas, perdiendo el miedo a salir con la mochila y la guitarra a cantar, y cada vez hay más respeto por lo que hacen. Un respeto que, a la vez, pienso que nos estamos ganando y, por tanto, nos merecemos.