Dos de los Beatles estuvieron en Córdoba reunidos con el torero Manuel Benítez, El Cordobés, negociando la realización de una película. El acuerdo no fue posible porque, según la versión del diestro, las condiciones económicas que establecía la banda no le resultaron atractivas. La relación entre el manager de los Beatles, Brian Epstein, y el torero han sido documentadas por varios investigadores pero hasta ahora no se tenía constancia de este encuentro que se produjo en la década de los sesenta, en el Hotel Meliá de Córdoba y en el que participaron el propio Epstein, Benítez y dos de los miembros del grupo que El Cordobés no acierta a identificar, tal como informa la Cadena SER.
“Por mediación de mi mozo de espadas me llama el manager de los Beatles, con quien siempre teníamos un contacto grande, y me dicen que ellos quieren hablar conmigo”. Benítez desvela esta historia a Radio Córdoba y relata que tras esa llamada les invitó a la ciudad, se reunió con ellos en el ya extinto Hotel Meliá y comenzó una conversación en la que Epstein hacía de traductor, puesto que los músicos no hablaban español ni Benítez inglés. Es Epstein el que por tanto le traslada el interés por hacer una película; “Bueno vale”, asegura que dijo El Cordobés, pero al avanzar la conversación las condiciones no le convencieron. “Te damos 30 millones de pesetas y te compramos tu parte, el 50% es para nosotros”, recuerda Benítez. Cuando el diestro les preguntó por qué intentaban comprarle su parte le dijeron que el motivo era que ellos eran cinco (John Lennon, Paul McCartney, Ringo Star, George Harrison y el propio Epstein) a lo que el torero respondió que de su parte eran ocho: “el mozo de espadas, dos picadores, dos banderilleros, el manager, el chófer y el ayuda del mozo de espadas”. “Y ahí quedó todo”, añade.
“A mí no me compra nadie por dinero, nadie”, afirma con contundencia al tiempo que los recuerda “agradables, unos fenómenos” y narra como les invitó “a Don Perignon bien, que no fue Coca Cola, estábamos agustito y acabamos todos medio mareados, porque los artistas también le dan, como yo”, ríe. Al pedirle que recordara quienes eran los dos músicos, Benítez hace uso de nuevo de su espontaneidadpara responder: “no lo sé, verás que yo de los Beatles… Yo salí con el pelo largo antes que ellos, ellos me copiaron a mí”. Manuel Benítez también ha negado a Radio Córdoba que, como se ha publicado, la banda de Liverpool rechazara hacerse una fotografía con él en el Hotel Fénix de Madrid. “Todo es un bulo y una mentira”, asegura.
Para Enrique Sánchez, historiador e investigador del universo Beatle, su apuesta es que al menos uno de los dos músicos que se reunieron con El Cordobés fuera George Harrison, que acudía a corridas de toros junto a Brian Epstein. “Tengo fotos de ellos en los toros", asegura, y añade que el otro Beatle podría ser Ringo Starr, “probablemente”. Este investigador encuentra “cada día más datos” que corroboran la presencia de los músicos en otros momentos en Andalucía. Y sobre la imposibilidad de que se llegara a un acuerdo entre la banda y el torero para el proyecto cinematográfico, Sánchez desmiente que esto pudiera estar relacionado con posibles problemas morales de los músicos con la tauromaquia, como sí especuló Paul McCartney a Informe Semanal en 1989: “McCartney se vuelve en contra de los toros a partir de 1975” y recuerda como en 1966 “disfrutaba grabando toros de Osborne, a niños que juegan a ser toreros y, como buen turista inglés en 1966, los toros eran un atractivo clave”.
McCartney en Córdoba
Sánchez, también músico y fundador del grupo tributo Los Escarabajos, está reconstruyendo el viaje de incógnito que Paul McCartney junto a Mal Evans, roadie de la banda, realizó en noviembre de 1966, con la intención de ver en Almería a John Lennon que estaba rodando la película “Cómo gané la guerra”. McCartney hizo un viaje que le llevó a Irún, a Ameyugo (Burgos) –“iban despistados”- y cuando pasaron por Bailén “llamó a la agencia de los Beatles en Inglaterra y le dijeron que Lennon ya había dejado Almería”. Eso, según la investigación de Enrique Sánchez en colaboración de José Ángel Martín, responsable de un podcast sobre los Beatles en internet, le obligó a cambiar sus planes y pasar por Córdoba y Sevilla antes de tomar un avión que les llevaría vía Madrid y Roma hasta Nairobi, donde participó “en una especie de safari breve”.
Penny Lane, la canción que McCartney acabó en Andalucía
Enrique Sánchez ha entrevistado a decenas de personas para poner en pie cada detalle de aquel viaje. “Estuvo un par de días en cada una de estas ciudades, iba filmándolo todo pero me consta que se le acabaron las cintas después de Córdoba y a Paul se la robaron luego”. Sánchez y Martín han conseguido por diversos medios todo este material audiovisual y preparan un libro, quizá también un guión para una posible película, sobre ello. En el caso de Córdoba, podemos ver a Paul McCartney en lugares singulares de la ciudad como la Plaza de la Corredera, el patio de los Naranjos y la Mezquita, el hospital de la Cruz Roja, doctor Fleming, Alcázar de los Reyes Cristianos, Triunfo San Rafael o la Calle Lucano. En la Corredera “están más tiempo, probablemente almorzaron, filmaron a unos niños jugando”. Sánchez ha localizado y entrevistado a muchos de ellos y a otros personajes de la plaza que le han acompañado en esta fascinante investigación.
Enumera a algunos, como Alfonso y Juanele Expósito, primos del espartero Manuel Torronteras, Pepa Jurado, la antigua propietaria de la casa de comidas y camas La Andaluza, donde ¿por qué no pudieron comer allí?, una tabernera que podía haber inspirado a McCartney que esos días finalizaba la creación de la canción Penny Lane, un retrato de la periferia de Liverpool. El seguimiento a los pasos de los Beatles por parte de Enrique Sánchez es tal que puede afirmar este último extremo porque la “última estrofa de la canción no tiene nada que ver con las demás y en ella aparece una imagen singular: una enfermera que vende amapolas en la calle”. Esto es clave: el 11 de noviembre los ingleses celebran el Remembrance Day, donde las enfermeras conmemoran el final de la Primera Guerra Mundial vendiendo amapolas para obtener fondos para los veteranos de guerra. Sánchez cree que McCartney sintió nostalgia aquel día y le hizo escribir esa estrofa y enviarle una postal a Ringo Starr, con sello del 11 de noviembre en Burgos. Los dos días siguientes, 12 y 13 de noviembre, McCartney y Evans estarían en Córdoba.
En su colección particular, este investigador cuenta con un documento de Peter Brown, el manager que sucedió a Epstein tras su muerte, que escribe a un contacto en Marbella buscando alojamiento para “dos amigos” y se despide afirmando “nos veremos en la feria de Sevilla, como siempre”. Este proceso de investigación conformará un libro, incluso una posible película y encierran “la pasión de descubrir que los Beatles conocían a Andalucia de una manera que ni lo sospechamos”.
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