Las palabras tienen memoria. Mientras haya una persona que las recuerde, permanecen ahí. Dormidas. Intactas de significado. Deseosas de que alguien las vuelva a pronunciar para expresar sentimentos. Decir verdades. Describir situaciones. Contar la vida.
El inevitable cambio del modo de vida ha dejado en la cuneta a un montón de palabras que hoy suenan a abuelos y pueblos. Palabras y expresiones, a punto de ser dadas por muertas. Y enterradas en un cementerio de olvido.
Si en Almería hay un lugar desde el que se trabaja para conservar su memoria, este está en Terque y tiene en Alejandro Buendía a su guardián más celoso. A la gestión de sus museos (el Etnográfico, el de la Uva del Barco, la centenaria tienda de tejidos La Modernista y el de la Escritura Popular) suma cada año la organización de actividades como la Jornada de Recuperación de Oficios Antiguos y la producción de exposiciones con fondos propios. Como la que este año se ha propuesto rescatar del olvido a un puñado de vocablos viejos -y curiosos, y especiales- que hacen cola, desesperados, en la puerta de la enfermería.
En el ‘Cementerio de palabras’ de Terque permanecen ‘hortera’, en su acepción de mancebo o dependiente de comercio, y ‘mixto’, cerilla o fósforo. Comparten pasillo con ‘impertinentes’, anteojos provistos de mango para sujetarlos, y ‘pollera’, armazón en forma de campana para aprender a andar. También yacen allí expresiones como ‘Perica en tabaque’, en alusión a la mujer que va muy arreglada, y ‘hacer la rueda del pavo’, que indica intención de galanteo en una similitud con el pavoneo nupcial de los pavos reales.
“La exposición está principalmente dirigida a escolares y la idea es que en ella encuentren objetos e imagénes relacionadas con los oficios y costumbres a las que se asocian estas palabras y expresiones y adivinen y razonen su origen”, explica Buendía a LA VOZ.
La muestra se inaugura este viernes 15 de septiembre a las 20.30 horas, en la Cueva de San José de Terque, con una lectura ‘resucitadora’ de palabras por parte de los vecinos.
En la era de la todopoderosa Wikipedia, los diccionarios de papel están igualmente condenados. De ahí que en este ‘Cementerio de palabras’ se haya reservado un lugar privilegiado a los que forman parte de las colecciones de los Museos de Terque. “La intención es destacar su valor patrimonial e histórico; tenemos el de la Real Academia de 1837 y otros de diferentes editoriales del siglo XIX y XX, de la lengua, de historia, de Madoz”, señala.
“Sería bueno conservar la memoria del lenguaje, porque en Terque durante ocho siglos se habló el árabe andalusí y hoy se ha olvidado, quién sabe si estas palabras correrán la misma suerte”, argumenta.
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