Los refugios olvidados de Pescadería

El Archivo recupera la historia de estas galerías desconocidas

Presentación del proyecto de construcción de uno de los refugios de la Guerra Civil.
Presentación del proyecto de construcción de uno de los refugios de la Guerra Civil.
Marta Rodríguez
19:43 • 03 oct. 2017

El subsuelo de Almería es un libro de historia. Más allá de los restos arqueológicos que hablan de civilizaciones pasadas, existe un entramado de galerías que trasciende de lo que hoy conocemos como los Refugios de la Guerra Civil, que siguen el trazado del Paseo. En el barrio más antiguo de la ciudad, en Pescadería, se terminaron al menos dos: el de poniente, en la calle Cuesta del Muelle, y en El Martinete, en la salida de la carretera de Málaga. Hoy es difícil situar con exactitud dónde se encuentran sus accesos aunque desde ayer se sabe un poco más de ellos.




El Archivo Histórico Provincial expone en octubre como ‘Documento del mes’ el proyecto de construcción de un refugio subterráneo en Pescadería, realizado en 1938 por el ingeniero Eusebio Elorrieta a instancias de  la junta de obras del Puerto.




Un documento extraído de entre las más de 60.000 cajas que custodia esta institución dependiente de la Junta del que se traslucen detalles como el hecho de que el proyecto contemplaba que la galería se construyera con ladrillo, y no con argamasa como era habitual, lo que la haría más resistente, explicó ayer durante la presentación el doctor en Historia Contemporánea y experto en la Guerra Civil y en la represión franquista Eusebio Rodríguez.




Según recordó el delegado territorial de Cultura, Turismo y Deporte, Alfredo Valdivia, los refugios del entorno del Puerto eran de vital importancia, puesto que sus trabajadores cumplían una misión esencial en esos tiempos de guerra. Eran los suministradores del pescado no sólo a la población almeriense en general, sino también al frente militar en unos momentos en los que era muy complicado conseguir víveres para alimentar a los civiles y al bando republicano.




El primer bombardeo de la Guerra Civil sobre Almería, que se registró el 23 de septiembre de 1936 sobre El Alquián, movilizó a los vecinos en torno a una idea: la necesidad de construir refugios para protegerse. “En el refugio de El Martinete se hacían justificantes para que la población pudiese ausentarse de sus trabajos y dedicarse a los subterráneos. Nos han llegado nombres, pequeños héroes, como el del vecino José Martínez Navarro que trabajó en el refugio de El Martinete, y más tarde en el del Cerrillo del Hambre hasta que fue movilizado y enviado al frente”, apuntó el investigador.




Tal y como sostiene Eusebio Rodríguez en la información que se facilita en la visita al Archivo, los trabajos eran realizados y sufragados por los vecinos hasta que algunos derrumbes y lo maltrechas que andaban las economías domésticas provocaron que fuesen retomados por la administración local y, más tarde la estatal, gracias al compromiso de personas como Manuel Alférez Samper, alcalde de la Almería de la época que dio un impulso a la obra.




El delegado de Cultura señaló que este ‘Documento del mes’ constituye un proyecto “magnífico y completo que ha conservado la memoria, el presupuesto, la planimetría, el pliego de condiciones para su ejecución y que justifica la tecnología, sistema y materiales con los que se iba a construir el refugio para que soportara los impactos de las bombas que lanzaban los aviones”, como en el ataque alemán de 1937 cuyo 80 aniversario se conmemora este año.




Por último, Eusebio Rodríguez resaltó que los refugios representan el elemento diferencial de esta provincia -también hay en Adra y Garrucha- ya que ninguna cuenta “con unos refugios heredados de la guerra, tan bien conservados, con más de cien entradas, profundidad de nueve metros y una distancia sin parangón como son los 4,5 kilómetros de galerías subterráneas”.


Una iniciativa con calado social
El ‘Documento del mes’, iniciativa con la que el Archivo Histórico pone en valor sus fondos, lleva en marcha ya varios años y cada vez tiene un calado mayor entre la sociedad. La presentación de proyecto de construcción de uno de los refugios de la Guerra Civil reunió ayer en el espacio no solo al nieto del ingeniero que los proyectó, Tomás Elorrieta, sino también a integrantes de la Asociación Pescadería-La Chanca, interesados siempre en todo lo referente a su barrio.



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