El jardín de las maravillas

Los museos nos llevan a otros universos de cuerpo entero. Caer por el hueco del árbol hasta el Jardín Privado de Odu Carmona me ha salvado estos días monotemáticos colo

Panorámica de una de las salas del Espacio 2, donde puede visitarse hasta el 15 de octubre.
Panorámica de una de las salas del Espacio 2, donde puede visitarse hasta el 15 de octubre.
Mar de los Ríos
21:39 • 13 oct. 2017

Una se levanta del sofá, deja el ordenador en espera, aturdida en medio de tanta confusión patria. Quiero volar, escapar. Por ejemplo, a un Jardín Privado de la mano de una pintora almeriense, Odu Carmona (Olula del Río, 1968). 




Quienes paseen con-sentido conmigo sabrán que de museos suelo ir con Alicia, la de las Maravillas. Le sonrío mientras nos volvemos a colar por la misma madriguera. Llevamos nuestras manos entrelazadas.




La exposición consta de nueve piezas mágicas extraídas de su exuberante obra. Los datos que averiguo de la artista son sucintos, y eso me gusta. Porque son sus cuadros los que nos dicen: bébeme. Y cambiamos de tamaño, traspasamos la puerta hacia el edén, para dejarnos envolver por el color de la naturaleza… nos llevan hasta su alma. 




JARDIN PRIVADO. Lo primero que ahora tengo que hacer —se dijo Alicia mientras vagaba por el bosque— es crecer hasta recuperar mi estatura. Y lo segundo es encontrar la manera de entrar en aquel precioso jardín.




MADRESELVA. Y entonces se adentró por el estrecho pasadizo. Y entonces… entonces estuvo por fin en el maravilloso jardín, entre las flores multicolores y las frescas fuentes.




EL JARDÍN. Habían puesto la mesa debajo de un árbol, delante de la casa, y la Liebre de Marzo y el Sombrerero estaban tomando el té. —¡No hay sitio!— Se pusieron a gritar cuando vieron que se acercaba Alicia.




ROSAS ARCOIRIS. Un gran rosal se alzaba cerca de la entrada del jardín. Sus rosas eran blancas, pero había allí tres jardineros ocupados en pintarlas de rojo. A Alicia le pareció muy extraño...—¿Querrían hacer el favor de decirme —empezó Alicia con timidez— por qué están pintando estas rosas? 




BOUQUET. —Artículo cuarenta y dos. Toda persona que mida más de un kilómetro tendrá que abandonar la sala. Todos miraron a Alicia.—Bueno, pues no pienso moverme de aquí de todos modos —aseguró Alicia—. Y además, ese artículo no vale, usted se lo acaba de inventar.


AVE DEL PARAISO. —¡Que el jurado considere su veredicto! Ordenó el Rey, por centésima vez ese día.—¡No! ¡No! Protestó la Reina. —Primero la sentencia… El veredicto después. —¡Valiente idiotez!— Exclamó Alicia alzando la voz—¡Qué ocurrencia pedir la sentencia primero! — ¡Cállate la boca!— Gritó la Reina poniéndose de color púrpura. —¡No quiero!— Dijo Alicia.—¡Que le corten la cabeza!— Chilló la Reina a grito pelado. Nadie se movió.


VERDE. Minino de Cheshire, ¿podrías decirme, por favor, qué camino he de seguir para salir de aquí?  —Eso depende en gran parte del sitio al que quieras llegar— dijo el gato.


BUGANVILLA. Así pues, Alicia se levanto y se alejó corriendo de allí. Y mientras corría no dejó de pensar en el maravilloso sueño que había tenido.


Pero mi mano sigue entrelazada con la de la niña de siete años que siempre llevo puesta por fuera. Y nos decimos al unísono: ¿hemos despertado?


JARDÍN PRIVADO. Exposición de Odu Carmona exhibida en el Museo de Arte de Almería, sala Jesús de Perceval del Espacio 2, hasta el 15 de octubre. 


Los textos que acompañan los títulos de algunos de los cuadros, son transcritos de la obra Alicia en el país de las Maravillas (Lewis Carroll, 1865).



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