El Auditorio Maestro Padilla de Almería se convierte estos días en una máquina del tiempo que conduce al espectador al verano de 1963 para que vuelva a ser testigo, ahora frente a un escenario, del romance entre el curtido profesor de baile Johnny Castle y la idealista Baby Houseman. Es decir, lo que contaba en la gran pantalla ‘Dirty Dancing’ en formato de musical teatral. O cómo uno de los grandes iconos del cine de los ochenta sigue vivo como nunca a los treinta años de su estreno. Y si ayer fue denostado por la crítica, hoy es reivindicado no solo por su legión de fans sino por firmas de prestigio como la de la periodista neoyorquina Hadley Freeman (‘The Guardian’) que en su brillante y divertidísimo ensayo ‘The time of my life’ (Blackie Books) ensalza a su guionista, Eleanor Bergstein, por introducir, bajo un envoltorio rosa chicle y en plena era Reagan, temas como la lucha de clases, el aborto, el racismo y el despertar sexual femenino.
El montaje, uno de los platos fuertes del otoño en la programación cultural del Área de Cultura, Educación y Tradiciones del Ayuntamiento, se estrenó ayer en la capital donde podrá verse hasta el domingo. Tras la función de anoche, habrá seis pases más: hoy jueves a las 20.30 horas, viernes y sábado en doble sesión a las 18 y 22 horas y el domingo a las 17 horas. Las entradas tienen un precio de 55 euros para el patio de butacas y de 45 euros para anfiteatro, aunque existe un 20% de descuento para la función de esta tarde y la primera de mañana.
Como en el cine
Una de las singularidades del musical (de dos horas y veinte de duración descanso incluido, con cuatro músicos en vivo más la banda sonora original del filme y un elenco de 24 artistas entre intérpretes y cuerpo de baile) es su fidelidad al original. Tanta, que en las tablas se reproducen los mismos rincones que se veían en la película del fallecido Emile Ardolino gracias a tres plataformas giratorias que permiten cambiar de localización sin bajar el telón.
“Todas las escenas que vimos en el cine están aquí, más alguna añadida entre Johnny y Baby y entre los padres con las que se hace más hincapié en el tema del amor, del racismo y del aborto”, señala Eva Conde, quien da vida a la protagonista femenina (en el celuloide, la actriz Jennifer Grey).
“Son temas que siguen estando vigentes, por eso el argumento no ha envejecido, ya que además todo el mundo se ha enamorado una primera vez. El aborto, las diferencias sociales y el racismo siguen siendo tabúes aunque cada vez los abordamos con mayor soltura. Es interesante ver cómo se acercan a ellos los más jóvenes. Además, en el musical damos algo más de contexto histórico, por ejemplo, sobre la figura de Martin Luther King”, añade en declaraciones a LA VOZ Christian Sánchez, quien retoma el personaje que inmortalizó a Patrick Swayze.
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