Ficción, televisión, documental, cortos, videoclips, teatro... Chus Gutiérrez (Granada, 1962) es una de las más reputadas cineastas del panorama nacional. Esta semana ha regresado a Almería para cerrar el ciclo de proyecciones de Amnistía Internacional.
Su película ‘Retorno a Hansala’ (2008) ha clausurado el IX Ciclo de Cine y Derechos Humanos. En ella aborda la inmigración, como ya hizo en ‘Poniente’ (2002), rodada en parte en nuestra provincia. ¿De alguna forma es un díptico sobre el tema?
Cuando terminé de rodar ‘Poniente’ leí la noticia que inspira la historia [la muerte de once inmigrantes marroquíes en las playas de Rota mientras intentaban cruzar el Estrecho en Patera y cómo se descubre, por sus ropas, que todos eran de la misma aldea] y pensé: no puedo dejar de hacer esta película. Soy muy cabezota y encontré muchos problemas para financiarla. Sabía que no iba a ser una película comercial pero sabía que no podía dejar de rodarla. Entre medias hice ‘El calentito’ (2005), una comedia musical, pero ‘Retorno a Hansala’ se me metió en la cabeza y no pude dejarla hasta que la hice.
¿Mereció la pena?
Sí, es una película que ha viajado por todo el mundo; en diez días estaba en los cinco continentes. Hay un tipo de cine que quizás no funcione tan bien en la taquilla pero sí lo hace en festivales y en lugares con un interés particular en la inmigración. Por ejemplo, se elaboró una guía didáctica para centros de enseñanza. Es una película que sigue viva.
¿Fue un rodaje duro anímicamente?
La llegada a Hansala fue muy fuerte. Piensa que nosotros llegábamos con una furgoneta con un muerto y ellos ya habían vivido esa experiencia. El día que rodamos en la aldea, todo el mundo estaba implicado, trabajando como extras. La madre y el padre son de Hansala, hice un casting allí. Involucramos a toda la aldea para que se sintieran implicados y se enriquecieran, porque todo el mundo cobró. Creamos un equipo.
Cuando tuvimos que rodar aquella secuencia se hizo un silencio sepulcral, como si todo el mundo llorara en silencio. Y pasó algo un poco catártico: la actriz Farah Hamed recogió toda esa energía, la canalizó y la que no podía parar de llorar era ella. Fue algo muy extraño.
Usted es de Granada y además de rodar aquí ‘Poniente’ tiene una especial vinculación con Almería. ¿Qué la atrae de esta tierra?
Lo que más me gusta es el paisaje de la zona de Cabo de Gata y del Parque, me parece una pasada. Y toda la provincia: Almería es casi como un sitio oculto, con rincones tan bonitos, secretos, que no nombro porque no quiero que nadie conozca. El paisaje es impresionante y al haber sido una especie de extrarradio, una tierra tan apartada, tan olvidada, es como si quedara una parte salvaje, incluso en la gente, algo que a mí me gusta mucho.
En ‘Poniente’ abordó la inmigración y el mundo de los invernaderos. ¿Cómo recuerda aquel trabajo?
Fue una película que funcionó muy bien en todo el mundo, estuvimos en Venecia y Toronto. Aquí, en Almería, fue complicado; tenían sus reservas sobre lo que se podía contar... Disfruté mucho con ‘Poniente’. Porque luego está esa cosa de no sentirte realmente de ningún lugar. Soy del sur y sé que soy del sur aunque no me siento realmente de ningún sitio. A los ocho años me fui a Madrid, a los dieciocho a Londres, luego a Nueva York... Allí sí entendí lo que es ser europea, algo que hasta entonces no había sentido. Siempre me he sentido algo extranjera en todas partes, un poco inmigrante.
¿Por qué?
A los ocho años nos fuimos de Granada, una ciudad pequeña donde estaba toda mi familia, a Madrid. Seis hermanos y dos padres en un 850. Recuerdo llegar de noche a una calle, Doctor Esquerdo, y pensar: Dios mío, vamos a vivir en una autopista. Allí empezó como ese desarraigo de sentirte inmigrante en todas partes. Como cuando fui a Londres por primera vez: no éramos de la Unión Europea, no nos dejaban pasar, tenías que justificar. Y en Estados Unidos igual, esa sensación de estar pasando una frontera, de no ser querido, de ser cuestionado. Es algo que, de alguna manera, entiendo perfectamente, aunque he sido una privilegiada.
Es una de las directoras consagradas del cine español. ¿Ha sido más difícil el camino por ser mujer?
Me siento afortunada porque empecé en un momento de euforia, en los noventa, cuando salíamos de una dictadura y había un pequeño espacio que nos permitió soñar. En cuanto entro al mundo profesional y hago mi primera película, me hacen la pregunta que me acabas de hacer: qué es ser mujer y ser directora. Y no me deja de sorprender, porque a un hombre no le preguntan que cómo lo lleva siendo director. Ya ahí te das cuenta de que te van a tratar de forma diferente. A mí ya no me preocupa, porque más o menos he encontrado mi camino, que ha sido igual de dificultoso que para todos.
Pero lo que sí me preocupa muchísimo es que el noventa por ciento de los contenidos audiovisuales del planeta los hacen hombres y hay un cincuenta por ciento de emociones, de visión del mundo, de formas de entender la convivencia, la política, que no estamos viendo. El modelo sigue siendo muy masculino, la proporción de actores a actrices es de 4 a 1 y las mujeres suelen ser mostradas en relación a los hombres, como esposas, madres o amantes, no como el motor de la historia. Las mujeres de 50 o 60 años estamos muertas para el cine, no existimos. Y tenemos vida, cosas que contar, más o menos interesantes, pero cosas que contar. Y se está sexualizando de nuevo a la mujer, de una forma bestial.
¿Es optimista?
Tiene que haber cambios muy grandes. Tenemos que analizar el tiempo que los niños pasan delante de imágenes en movimiento: animación, películas, anuncios, y ver lo que les estamos enseñando del mundo, estereotipos donde los chicos son héroes y las chicas, princesas. Hay pequeños cambios, sí, y creo que la sociedad está más avanzada que la ficción, que los que nos cuentan en la pantalla; como si la sociedad ya estuviera preparada y la ficción nos retuviera en unos modelos o ideales mentirosos y falsos que no ayudan a consolidar el cambio.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/5/vivir/140954/chus-gutierrez-siempre-me-he-sentido-algo-extranjera-en-todas-partes-y-un-poco-inmigrante
Temas relacionados
-
Festivales
-
Teatro
-
Invernaderos
-
Unión Europea
-
Cabo de Gata
-
Inmigración
-
Medios de comunicación
-
Política
-
Castings
-
Televisión
-
Cine