Diego Guerrero y Nasrine Rahmani: "España es el país de los músicos de élite, que viven de acompañar a cantantes amateurs"

Clasijazz acoge este jueves 9 de noviembre la presentación de `Vengo caminando`, álbum nominado en los Grammy Latinos en la categoría de flamenco

Diego Guerrero y Nasrine Rahmani visitan esta noche la sala almeriense Clasijazz.
Diego Guerrero y Nasrine Rahmani visitan esta noche la sala almeriense Clasijazz.
Carmen K. Salmerón
22:30 • 08 nov. 2017

Querían grabar un disco. Ninguna discográfica apostó por ellos. Hicieron un ‘crowdfunding’. El Cigala, Josemi Carmona, Carles Benavent, Caramelo de Cuba entre otros músicos estratosféricos colaboraron. Así surge  ‘Vengo caminando’, álbum nominado en los Grammy Latinos 2017 en la categoría de flamenco. 




Su autor, Diego Guerrero, y su compañera, Nasrine Rahmani, la primera percusionista de flamenco, son los pequeños ‘Davides’ del show business musical. Esta noche visitan Almería para actuar en Clasijazz a las 22.30 horas (entradas: 10 euros).




¿A qué sabe la vida cuando te nominan a los Grammy Latinos con ‘Vengo caminando’ como mejor disco de flamenco? ¿Cómo cambian las cosas?
D: La vida sabe un poco más a música, por la esperanza que aparece en el horizonte de dedicarnos de una vez por todas a la creación, y no a hacer música para pagar facturas. Las cosas hasta ahora no han cambiado mucho, a no ser que empiecen a brindarnos alguna que otra oportunidad de llegar al público que nos lleva esperando en sus ciudades y pueblos desde que salió el 'Vengo caminando'. Aunque si que es cierto que estamos saliendo en este periódico, y quizá sin esto del Grammy, ni estaríamos aquí ni estaríamos haciendo una entrevista ahora mismo…
N: En principio, la vida sigue igual. Pasamos mucho tiempo ensayando y estudiando y peleando por mejorar nuestra música y sonido. Nos agrada tener un poco de reconocimiento por el trabajo que hacemos, pero sobre todo da ilusión ver a la familia y, los que nos llevan apoyando desde siempre y también a los mecenas que han aportado al proyecto de crowdfunding, alegrase tanto por esta nominación.




¿Qué soñábais con dieciocho años?
Diego: Soñaba con un mundo sin banderas, donde todos los seres humanos valiéramos lo mismo.
Nasrine: Yo soñaba con viajar por el mundo tocando la percusión. Gracias a la música, he visto medio mundo ya y por eso estoy súper agradecida.




¿Qué queda de esos sueños?
D: Cada vez menos, pero cada vez más conciencia de que hay responsables, con nombres y apellidos. Es decir, que no tendría que ser así, pero es así porque ellos quieren.
N: El otro medio mundo.




Si viajamos a la gastronomía, ¿qué os gusta paladear?
D: El gazpacho. El bueno, claro.
N: Las cosas simples. Me muero por un mango o una sandía en temporada. Tengo mucha afición por la comida vietnamita. Soy de Melbourne y allí hay muchos restaurantes vietnamitas. Me encanta la mezcla de sabores y de verduras frescas que utilizan, especialmente el cilantro.




La primera vez que te subiste a un escenario fue… 
D: En mi pueblo, Villanueva de los Castillejos (Huelva), en la feria. Era un grupo que hice con tres amigos de toda la vida: Jesús, Curro y Víctor. Tendríamos entre 10 y 12 años. 
N: Bailando ballet. Bailé desde los 5 años hasta los 15 años. De ahí nace mi amor hacia la música y a empezar a sentir algo, a despertarse algo, algo que no le pasa a todo el mundo.




¿Qué música te transporta a tu infancia? 
D: Paco Toronjo y su fandango. 
N: Sega, que es la musica de la Isla Mauricio. Mi madre es de allí y lo escuchábamos y lo bailábamos en las fiestas familiares cuando se juntaba la familia en Australia. Eso y Bon Jovi, que me hermana estaba muy obsesionada con él y tuve que escuchar un casete suyo repitiendo y repitiendo durante un par de años.


¿… Y a tu adolescencia? 
D: Camarón, Ketama, Django Reinhardt.
N: La batucada. Empecé con la percusión en una batucada y escuchaba mucha música brasileña.


El primer disco que compraste fue…
D: No fue el primero (del primero ni me acuerdo) pero recuerdo que estuve esperando con ansias su salida, y fui corriendo a buscarlo en cuanto salió: 'Mía pa los Restos', de Potito.
N: No tenía dinero para comprar discos pero nos llegaban casetes copiados de Michael Jackson y los escuchaba apasionadamente.


Tres discos de cabecera. 
D: ‘Potro de Rabia y Miel’ (Camarón), ‘Live one Summer Night’ (Paco de Lucia) y ‘Los de Atrás Vienen Conmigo’ (Calle 13).
N: ‘Vacunao’, de Los Muñequitos de Matanza; Camarón de la Isla, discografía completa; Stevie Wonder, ‘Songs in the Key of Life’.
 
Si tuvieras que definirte con un estilo musical, ¿con cual sería? 
D: Con ninguno. Definirse con un estilo es como definirse con una bandera. Solo sirve para excluir al resto. Es una especie de xenofobia o fascismo musical. Tan solo soy un músico criado entre flamencos.
N: Imposible. Mi mundo es un mestizaje de estilos, como yo: un mestizaje de razas.


¿Cuál es la música que amansa la fiera que llevas dentro?
D: Los adagios para piano de Mozart son infalibles. Ya sean de sonatas o de conciertos.
N: Creo que no la hay. Hay músicas que me resuenan, y a través de ellas puedo sentir aún más lo que estoy viviendo pero la música no me sirve para amansarme. Soy muy cabezona. Cuando me entra algo en la cabeza, no oigo nada. No sé (risas).


¿Qué música hace que se te dispare la imaginación?
D: Música clásica orquestal del siglo XX. Debussy, Falla, Alban Berg, Ligeti. También la música vocal polifónica popular. La búlgara, la de Georgia, incluso la gallega, que la he descubierto en mi última gira por allí. También la medieval de Guillaume de Machaut o de Orlando di Lasso.
N: La musica clásica en general.


Cuando estás melancólico, ¿qué escuchas?
D: Al Niño Miguel. Mi gurú, mi ídolo. El genio más grande que he conocido.
N: Bob Marley me sube los ánimos siempre, pero si quiero sentirme la melancolía, pongo algo de Mozart.


¿Cómo te informas de la actualidad musical? 
D: Asistiendo a los sitios donde se cuece. Las discográficas no saben dónde está la actualidad, o no les interesa. Tanto bombardeo mediático solo sirve para esconder lo verdaderamente de calidad entre montañas de basura. 
N: Viendo música en directo. También por recomendaciones de amigos. 


¿Qué música te gusta en los momentos íntimos?
D: Según el estado de ánimo. Pero en momentos tranquilos el cuerpo me pide a Miles en su etapa cool o a Camarón en sus primeros años.
N: Me gusta algo de old school R&B


El concierto más impactante que has vivido, ¿ha sido como músico o como espectador/a? 
D: Como músico. Recuerdo el estreno de la Big Band Flamenca de Rubem Dantas en 2004, en la que me tocó arreglar y dirigir, y donde estuvieron todos los grandes. Para mí supuso un antes y un después. 
N: Tocar un concierto y ver un concierto son dos experiencias incomparables. Como espectadora un concierto del Niño Miguel en Sevilla unos años antes de que falleciera. 


El sitio más pintoresco donde has tocado ha sido… 
D: Muchos, pero voy a remarcar ‘Música en Vena’, un proyecto en el que los músicos hacen conciertos en hospitales de Madrid, en las mismas salas donde los enfermos reciben tratamiento. Es una experiencia muy positiva para ellos, y un aprendizaje para nosotros. Realmente se te quitan de la cabeza muchas tonterías que ocupan tu pensamiento en el día a día.
N: En Croacia estuvimos hace poco, en un escenario a las afueras de Dubrovnik en Orsula Park. Impresionante. El teatro de La Chumbera de Granada es increíble. El WOMAD de Nueva Zelanda, preciosísimo.


Para relajarte, ¿qué te pones?
D: Piano de Mozart, Django Reinhardt o algo de Aphex Twin, un músico electrónico que descubrí hace poco. Y Debussy, que nunca falla.
N: Alguna playlist de neo soul o hip- hop que tengo hecha.


¿Con qué música te gusta conducir?
D: No me importa el estilo. Que sea buena, eso sí.
N: Hip hop o salsa si es de día. Flamenco si es de noche.


Vinilo, CD, mp3... ¿qué formato prefieres para escuchar música? 
D: En directo.
N: Acabo escuchando en el móvil con los cascos, pero si puede ser en directo, por supuesto es la mejor manera. 


Si tu vida se llevara al cine, ¿cuál sería la BSO que la ilustraría?
D: Supongo que ‘Vengo caminando’.
N: Música interestelar. Sueño mucho con el espacio y me fascina contemplar lo pequeño que somos en esta inmensidad de universo.


Si tuvieras que definir con música lo que está pasando en España en este momento, ¿con cuál sería? 
D: Lo que está pasando en España, si nos ceñimos al mercado musical, es vergonzoso. No me quedo con nada. Si nos ceñimos a la realidad musical, son pocas cosas, porque el mercado y las instituciones ya se encargan de matarlas, a fuerza de negarle oportunidades. Pero siempre habrá clásicos a quienes no pueden matar, como Caramelo de Cuba y su rumba-jazz, por ejemplo. O los hermanos Carlos y David de Jacoba, que representan hoy para mi la máxima expresión de lo que es un recital flamenco de cante y guitarra. Iniciativas originales hay muchas y muy buenas, pero estamos en España y acaban muriendo de agotamiento. Si fueran proyectos americanos, ingleses o australianos, serían referencia mundial, sin duda. España es el país de los músicos de élite, que viven de acompañar a cantantes amateurs.
N: Bob Marley y Fela Kuti. Estamos siendo ‘puteados’ por los que mandan ahora tanto como hace 30 o 50 años. Solo es que ahora nos tienen mejor engañados.


¿Qué música asocias con Almería? 
D: ‘Barrio Negro’,’Guitarra Gitana’, ‘Aguadulce’... en definitiva, Tomatito.
N: El flamenco, por los grandes músicos flamencos que han salido de esa provincia.


 



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