Aprovechando la celebración del día de las librerías el 10 de noviembre en su 7º edición, con el librero como mediador, decido paséame por los cuatro templos de la capital que sustentan la ilusión en papel. El lema de este año: Deja que te cuenten.
NOBEL. RENOVACIÓN DE LA TRADICIÓN
Situada en la plaza Santa Rita, esta librería de cuarenta años de trayectoria acaba de ser traspasada hace apenas unos meses a Rafael Calvache, conocido por su actividad de gestor cultural. Cuando les pregunto, a él y Ester Gómez, veterana empleada de la librería, sobre el retrato lector de nuestra ciudad me contestan: la literatura infantil y juvenil es la que está en alza como género impulsor; van a iniciar una agenda de actividades dinamizadoras en la propia librería, que entienden es el camino a recorrer para seguir vivos. El precio del libro en España lo consideran caro con respecto a otros países europeos. La Feria del libro es una asignatura pendiente aún por consolidar en Almería. Se nota un repunte de escritoras en las apuestas de los catálogos de los últimos años. Les gusta ese nuevo formato de moda que anda entre el libro de pasta dura y el de bolsillo, con precio más ajustado. La nueva cara de la librería me resulta más luminosa y me despido de su nueva gerencia desde el balcón de una segunda planta que yo no conocía. Invita a quedarse a los que les quepa en su reloj vital un libro nuevo por abrir.
BIBABUK. JÓVENES ILUSIONADOS
Situada en medio de la rambla Federico García Lorca, es la librería más joven de la ciudad. Sus dueños, Francisco Gómez y su esposa Presen, apostaron hace tres años por invertir en un negocio para valientes. Aún así, ambos se sienten más que satisfechos con su posicionamiento dentro de la escena almeriense e incluso andaluza. Apuestan con fuerza por las actividades de librería. Tienen un espacio ideal para ello en un local privilegiado de tres plantas en el corazón de Almería. Destacan a los niños, a los jóvenes y a la novela negra como sus mejores bazas para incrementar las ventas a lo largo de su meteórica trayectoria. No les parece caro el precio del libro en España, considerando todos los agentes que intervienen en el proceso literario. Entienden que parte de su sello de distinción radica en la recomendación. Incluso se atreven con el tema editorial con algunos autores que pueden tener cabida en el mercado o/y en su corazón lector, que eso nadie sabe cómo casa. Sin embargo, se quejan del poco apoyo institucional del fomento de la lectura, como aglutinador de las voluntades, para convertir a Almería en una ciudad más lectora. Me despido de sus dueños con el fondo de autores almerienses como marco elegido para sonreír al futuro con optimismo.
ZEBRAS. LIBRERÍA DE CERCANÍAS
Es la librería del Zapillo por antonomasia desde hace más de veinte años. Desde 2012 está regentada por Miguel Naveros y Belén Ausejo. Desafortunadamente ya solo por Belén. El querido escritor y emblemático intelectual de Almería nos abandonó prematura y recientemente. Me atiende Juan Carlos en mi interés por retratar a este otro templo del libro. Me cuenta que Zebras es una librería de barrio y que ese sería su signo de identidad. Despachan libros de manera totalmente personalizada, pero también la prensa diaria y material de oficina. Perfume a cartulina y lapicero nos envuelve mientras conversamos. Apuestan por las actividades dinamizadoras de la lectura en la propia librería, y me habla de que van a ser punto de encuentro de la asociación Carmen de Burgos. Las ventas siguen estables desde los últimos tres años, porque contrarrestan luchando denodadamente contra las grandes superficies. La Feria del libro la viven como algo para el Centro y que les afecta poco. El precio del libro en este país no les resulta caro, va en él el sueldo de todos los agentes. Entiende que la diferencia entre el lector español frente al resto de Europa, más musculado, reside en una tradición cultural y la poca protección administrativa de esta industria en suelo patrio, para revertir esta tendencia. Me despido de Zebras justo con un retrato homenaje a todas las librerías-papelerías de mi infancia ya desaparecidas. Un niño pequeño con su madre espera pacientemente a que acabemos nuestra conversación para ser atendido.
PICASSO. EL GIGANTE
Se cumple el cuarenta aniversario de su primera librería en la calle Reyes Católicos. Hoy tienen tres direcciones en Almería y una en Granada. Después de la crisis, se ha estabilizado el volumen de ventas. La última apuesta, de boca del alma de Picasso, su gerente Ana Amezcua, es la literatura ilustrada. Una librería temática abierta este mismo año es prueba de ello. La actividad cultural es también su baza durante todo el año y cree que el libro tiene en España un precio alto frente a sus homónimos europeos. La Feria del Libro de Almería la viven desde Picasso como una necesidad para la propia ciudad, con la urgencia de la consolidación. Hace falta apoyo institucional y de formato, porque sacar el libro a la calle es y debe seguir siendo una fiesta. Ana subraya el mimo y el descubrimiento del pequeño sello editorial frente a los grandes grupos, que siguen llenando sus anaqueles por igual, porque entiende que son complementarios, nunca incompatibles. Me habla desde la pasión del libro como la gran lectora que reconozco. A Ana la considero amiga de fatigas, desde que transito por el espinoso rol de ser una humilde autora de ficción. Somos dos almas románticas. Por eso concluimos, cada una desde un extremo del puente, que hay días en los que una se tiraría sin más, después de leer a Mary Shelley. Pero el amor por la lectura nos aleja de los precipicios, porque la existencia leyendo es intrínsecamente interesante.
Porque los libros son los que construyen la libertad como civilización y la de cada individuo. Porque hay pocas cosas equiparables a cultivar la habitación propia desde el placer de la soledad lectora y transmitir la buena nueva: Encontré una puerta a la felicidad, toma la llave.
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