Álex de la Iglesia regresa a la tierra prometida

Hubo un tiempo en el que para muchos profesionales del cine Almería era la tierra prometida, el lugar en el que pasaron sus mejores años encadenando rodaje tras rodaje, y donde vivieron experiencias personales que llenarían enciclopedias. A ese “lugar mítico”, en la que hace tres lustros rodó ‘800 balas’, regresó ayer el director, guionista y productor Álex de la Iglesia (Bilbao, 1965) para descubrir su nombre en el Paseo de las Estrellas y recoger el premio ‘Almería, Tierra de Cine’ del Festival Internacional de Cine de Almería (FICAL) en el Auditorio Maestro Padilla, un acto que precedió a un concierto de la Orquesta Sinfónica de RTVE.

“Aquí amáis el cine de verdad. Todos tenéis un familiar o conocéis a alguien que participó en alguna película, en ese pasado legendario, en esa edad de oro en el que compartías vuestro día a día con héroes míticos como Clint Eastwood y Lee van Cleef”, expresó el cineasta tras recibir el galardón honorífico de manos de Gabriel Amat, presidente de la Diputación.

El acto, conducido por el periodista de TVE Jota Abril, contó con la participación de cuatro de los integrantes de la familia artística de De la Iglesia: los actores Manuel Tallafé, Jaime Ordóñez, Carlos Areces y Zoe Berriatúa, cuyo debut como director, ‘Los héroes del mal’, ha sido producido por el responsable de títulos como ‘El día de la bestia’ y ‘El bar’.

“Forman parte de mí para siempre porque me han entregado un poquito de ellos mismos para mi maldita locura con la que busco entreteneros, sorprenderos, no daros lo que os dan los demás, hacer algo distinto que os saque de los problemas del día a día”, manifestó De la Iglesia.

“Es el más pequeño de los niños que he conocido. Con él, he descubierto lo que es el cine de verdad, porque cuando se rueda como él y se inventa las historias que él se inventa no te crees que hayas sido capaz de hacer lo que has hecho como actor”, dijo acerca de él Tallafé, quien actuó además como maestro de ceremonias durante la inauguración de la estrella con su nombre, la número 15 del paseo, puesto que también se ha colocado la dedicada al director norteamericano Brian De Palma, quien pasó por Almería en julio para rodar escenas de ‘Domino’.

Durante un encuentro con la prensa antes de ese acto, Álex de la Iglesia recordó que tuvo constancia de la “tierra mítica” que Almería fue para el cine durante el rodaje de su ópera prima, ‘Acción mutante’. “Allí recuperé a muchos técnicos, como Emilio Ruiz [del Río], encargado de los efectos especiales, que hablaban de todo lo que habían trabajado en Almería”, rememoró. Historias que despertaron en él la “añoranza de un pasado no vivido” y que, de alguna manera, están en el germen de ‘800 balas’, “una película que hoy sería impensable de costear; hoy solo tendríamos 180 balas”, expresó con humor.

Para De la Iglesia, hablar de ‘800 balas’, su particular homenaje al mundo de los especialistas, es hacerlo de Sancho Gracia, el protagonista de aquel filme. “Era un tío alucinante: te levantaba la moral en las situaciones más dramáticas, te daba un empuje que nunca he vuelto a sentir. Un tío como a mí me gustaría ser: sencillo pero grandioso”, confesó durante la gala en el Maestro Padilla, en la que tuvo palabras para otra de las actrices, Terele Pávez. “Cuando vives haciendo cine y recuerdas un sitio donde la gente vive soñando por un cine que tenían y han perdido, lo único que quiero es recordarlo. Este premio me ayuda a recordar a Sancho, a Terele y a tantas personas que han vivido por y para el cine”.

Durante su paso por Almería, De la Iglesia desveló que fue gracias a ‘800 balas’ (“tuvimos la mejor fiesta de fin de rodaje jamás vivida, con Siniestro Total tocando”) como pudo conocer a Steven Spielberg. “Él, que ya había rodado ‘Indiana Jones y la última cruzada’, quiso ver la película y se la llevamos a Universal para un pase privado. Estuvimos más de una hora hablando de Almería, conocía perfectamente todos los lugares donde habíamos rodado, los sitios donde mejor se comía. Conocía Almería mejor que yo”.

El director alabó además la “condición geográfica única” de la provincia. “No hay un sitio mejor donde se ruede en un desierto”, subrayó. Y aunque valoró positivamente la posibilidad de crear unos estudios, destacó que sería más relevante apostar por “exenciones fiscales” que permitan atraer más rodajes internacionales. Como aquellos que convirtieron una lejana tierra prometida en un fértil territorio de creación por el que ha vuelto a cabalgar por un día, junto a los suyos, Álex de la Iglesia.