El Arrecife de las Sirenas un día de tormenta. La playa del Algarrobico antes del Algarrobico. Un aljibe con forma de iglú en el cálido sureste. Sierra Nevada con un manto blanco desde la playa de Balanegra. Un reloj solar junto Calar Alto, ese observatorio que mira al cielo todas las noches. El Desierto de Tabernas, visto por un elefante y, en su trompa, una cigüeña.
Más allá de la típica estampa de la Alcazaba y el Parque Natural de Cabo de Gata, se esconde una Almería insólita. Una Almería entre la metáfora y la paradoja que admite mil interpretaciones y que uno no se cansa de observar nunca. Una Almería a la que dirige sus ojos y su objetivo el fotógrafo Carlos de Paz (Madrid, 1973), cuya mirada es infatigable e indisoluble de los sentimientos.
En el calendario de 2018 que este próximo domingo día 31 de diciembre regala LA VOZ, el artista ofrece una selección de trece imágenes en blanco y negro que muestran distintos lugares de la tierra del indalo que son de todo menos los típicos paisajes. Porque incluso cuando se enfrenta a enclaves fotografiados hasta la saciedad, como el Arrecife de las Sirenas o la Alcazaba, De Paz enriquece la instantánea con un horizonte curvo o un punto de vista inédito. “Con el paisaje tengo una serie de dilemas, el que se hace hoy en día es descriptivo, pero a mí me interesa el metafórico, ligado a sentimientos”, apunta.
Captadas en distintas épocas -ahí puede verse la bahía de Almería en 1995 y la playa del Algarrobico sin el tristemente famoso hotel-, todas parecen escribir una página de un único relato. “He procurado que haya variadad y mantener un mismo estilo fotográfico”, expresa Carlos de Paz.
En lo que considera “una contestación a los años en que tuvo que hacer fotografía publicitaria” y le reclamaban reflejar un cielo limpísimo, el artista ha optado por estampas en las que predominan cielos ventosos y nubosos, lo que le parece “más real y menos aburrido”. “Necesitaba, por ejemplo, fotografiar el viento, Almería no es nada sin el viento, y ahí está el Cerro de Los Frailes de Cabo de Gata, con sus palmeras al aire”, añade.
La metáfora entra en el terreno de lo surrealista en esa imagen quijotesca tomada desde un paraje cercano al Minihollywood en la que una cigüeña se posa en la trompa de un elefante con molinos de viento al fondo. “Insisto en las dobles lecturas y la paradoja: un aljibe que recuerda a los iglús de los esquimales en un sitio donde no hace frío, un reloj solar en un observatorio que trabaja por la noche”.
Una mirada que Carlos de Paz ha educado con el tiempo -‘50 años aprendiendo a mirar’ tituló una muestra suya- estudiando, reflexionando y volviendo a mirar. Ahora la afina en este calendario que los lectores de LA VOZ tendrán un año para observar.
Fotografía humanista, social y metafórica
Madrileño de nacimiento y almeriense por vocación, es fotógrafo profesional desde 1977. Durante cincuenta años ha mantenido la actividad creativa en paralelo a su trayectoria profesional. Inicialmente se especializó en fotografía de espectáculos y publicó numerosos reportajes de danza, teatro y conciertos. Desde 1986 se especializa en retrato editorial, moda y publicidad. En 2007 crea Taller al Sur, laboratorio fotográfico digital y realiza trabajos editoriales y expositivos para fotógrafos, artistas, museos, empresas e instituciones.
En la actualidad se dedica a la fotografía humanista, social y metafórica desarrollando proyectos personales; imparte cursos de Lenguaje Fotográfico en la Universidad de Almería y organiza talleres de fotografía.
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