Lejos del eslogan comercial “me lo pido”, los niños se enfrentan en Navidad a la ardua tarea de escribir sus deseos en forma de carta. Más allá del materialismo, rescatan una tradición ancestral para expresar sus emociones. A la hora de dirigirse a los Reyes Magos de Oriente, lo esencial es hacerlo desde el corazón y con mucha ilusión. A lo que hay que añadir la honestidad, cualidad que destaca el escritor Juanma Gil: “Hay que escribir la carta desde el convencimiento de que va a ser leída por los destinatarios”. Debido a la existencia de otros medios más eficaces y rápidos, como el correo electrónico o aplicaciones tipo WhatsApp, el género epistolar se ha visto relegado a un segundo plano. Pero eso no significa que vaya a desaparecer. De hecho hay quienes reivindican su conservación. “Desde la escuela habría que fomentar la escritura de cartas. Estamos acostumbrados a la brevedad y la carta es ideal para desarrollar las ideas”, explica el profesor y escritor Fernando Martínez.
A nivel personal, Martínez reconoce echar de menos “el romanticismo de las postales navideñas” y afirma que no hay que dejar a un lado su función didáctica. En este sentido, Gil confiesa que aprendió verdaderas técnicas de persuasión y negociación cuando escribía las cartas a medias con su hermano.
Por su parte, Martínez aconseja que estas sean supervisadas por los padres: “Evitaremos faltas ortográficas, sintácticas y el acortamiento de las palabras, algo habitual en la mensajería instantánea”.
Finalmente, prevenir el consumismo en sus redacciones es posible mediante la transmisión de valores como la unión familiar y la generosidad. Si piensan en los demás, aprenderán a ser solidarios y compartir.
Pero la prueba de fuego la terminarán pasando los Reyes Magos, que cada año afrontan el desafío de regalar con sentido común.
Pasos a seguir en su elaboración
-El escritor Fernando Martínez recomienda escribir la carta con ayuda de los padres para no caer en errores ortográficos y sintácticos. “No importa tanto la estructura. Es bueno echarle imaginación a lo que se quiere contar, pero manteniendo la coherencia”.
-Hay que ser sincero. Hacer balance de los logros y reconocer los aspectos en los que se puede mejorar. El texto lo completará una limitada lista de deseos en la que quedarán reflejados los planes familiares a realizar a lo largo de 2018 y los juguetes que fomenten la creatividad.
- Libertad de elección. Hay que confiar en que los Reyes van a acertar. El escritor Juanma Gil recuerda que los libros “venían de serie”. Martínez revela que gracias a los libros empezó su vocación, enamorándose de la lectura con las ‘Aventuras de Robinson Crusoe’.
- Una vez terminada la redacción, Gil propone leerla en voz alta. “Hay que leerles hasta que acaben por desalojarnos de su habitación”, defiende. De esta forma, los peques imitarán a sus padres y no tardarán en manejar las pausas, la entonación y el ritmo adecuadamente.
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