Los anatemas que Pablo Vara trajo al CAF

Pablo Vara comenzó a hacer fotografías por uno de esos ‘accidentes’ de la vida. “Fue a los 15 años”, recuerda. “Gané un segundo premio, y era una cámara. Así que empecé a hacer fotografía analógica; sería 1990... y algo”.

Por ello, “mi madurez y mis conocimientos los tengo relacionados con una forma de hacer la fotografía muy personal”, afirma. “Porque a través de la ella como que me fui construyendo. Para mi la fotografía tiene que ver con una dimensión muy íntima. Es una forma de expresión artística, humana. La imagen es un lenguaje, y tiene su sintaxis y sus códigos, que tienes que saber leer, y que deberías conocer para poder crear tu propio discurso”.

Pablo acaba de colgar una selección de sus imágenes en las salas del Centro Andaluz de la Fotografía. La muestra, llamada ‘Un cierto panorama’, ofreció una visión abarcadora de la fotografía reciente en España, sobre todo de carácter novel y centrada enAndalucía. Y allí, en la segunda planta, también estuvieron sus obras. “En esta exposición fuimos 14 fotógrafos de toda Andalucía, y estar dentro de esta selección con artistas tan buenos, es una gran suerte”, dice. “Y estar dentro del CAF...”.

Radiografía
Pablo Vara García es almeriense, de 1984. Estudió el bachillerato artístico en la Escuela de Artes, y luego se fue a Barcelona a hacer Bellas Artes, por la rama de Imagen. En el medio estuvo de Erasmus en Leipzig, y cuando terminó la carrera se fue un año a Córdoba con una beca de la Fundación Antonio Gala para jóvenes creadores. Luego vivió cuatro años en Roma, otros cuatro meses en Copenhague, y de allí volvió a Almería. “Por ahora”, sonríe.

Y precisamente, para esta exposición en el CAF escogió un trabajo, ‘Los Anatemas’, “que hice durante el periodo que viví en Italia y Copenhague; son imágenes tomadas entre 2011 a 2014, mas o menos”, explica. “En esa época fui testigo de muchos cambios que se produjeron en Europa. Cambios políticos en Italia, la crisis económica, el rescate de España, el cambio de Papa, movimientos sociales de protesta..., incluso una crecida del rio Tiber que arrasó con todo. Y cuando luego me senté y vi todas las fotografías que había tomado en ese tiempo, me di cuenta de que lo que tenía era una radiografía, a título personal, de todos esos cambios sociales y políticos que había presenciado”.

“Fotografiar es, de alguna manera, tomar posición”. añade, “porque en ella siempre hay que seleccionar. Y en esa selección siempre hay algo que tienes que dejar fuera. De modo que, en ese momento, tomas una decisión que afecta de forma directa al mensaje que quieres dar”.