El olmo centenario de Terque ya no está solo

Una decena de ejemplares de su misma especie crecen ya en zonas verdes del pueblo

El olmo de Terque, en una fotografía antigua.
El olmo de Terque, en una fotografía antigua.
La Voz
22:06 • 01 feb. 2018

El olmo centenario de Terque ya no está solo. Desde hace unos días, una decena de ejemplares de su misma especie se ha plantado en distintas zonas verdes del pueblo. Se trata de una donación del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, a través de la Dirección General de Desa­rrollo Rural y Política Forestal, con la que se persigue contribuir a la recuperación de este árbol caducifolio que puede llegar a alcanzar los 30 metros como respuesta a la mortalidad generalizada de las olmedas españolas.  




Según el director de los Museos de Terque, Alejandro Buendía, tradicionalmente estos árboles se plantaban en las plazas con el objetivo de ofrecer sombra a las actividades que allí se celebraban. “El gran olmo es el símbolo de  Terque; su edad se desconoce, pero lo cierto es que en 1781 ya se tiene testimonio escrito de la existencia de un olmo en la plaza, bajo el que se sentaban para realizar los arrendamientos anuales de productos como el aceite y el vino”, asegura. 




Las actas capitulares así lo recogen: “El 6 de enero de 1781, siendo la una de la tarde, se sentaron en la plaza de este pueblo de Terque, inmediato al olmo de ella, sitio acostumbrado para correr las ventas, los señores don Francisco de Tapia y Juan Alonso...”.




Desde la lejanía, el olmo siempre estuvo presente en el sentir de los vecinos. En 1913, Joaquín Romera Tortosa, escribe a un familiar desde Melilla, donde hacía el servicio militar: “Me he enterado de que se está yendo a Buenos Aires mucha gente de Terque, pues según veo me parece que al paso que va, cuando yo vaya a ir, voy a tener que hablar con el olmo de la plaza, pues al paso que va, no hay ahí ni Dios”.




Tanto es su arraigo en el pueblo que el pasado verano se le brindó un homenaje como el ser vivo más longevo. Los vecinos aportaron textos y fotografías sobre su olmo, que ya no estará solo nunca más.




El olmo cortado de Puerta de Purchena
 En 1877, ‘La Crónica Meridional’ recogía un poema que criticaba el corte del histórico olmo que se levantaba en Puerta de Purchena, en Almería:




“Ayer pasé por allí / y ya no estaba aquel árbol / que prestaba sombra al pobre, /refugio de los gitanos. / Bajo cuyas verdes ramas / estos llevaban a cabo / sus negocios y sus ventas, / sus compras y sus contratos; / punto general de cita / de las doncellas de cántaro / que visitan diariamente / la fuente de mas abajo; / asilo de forasteros / y de palurdos amparo / que cuatro generaciones / con respeto contemplaron. / ¿Quién tu centenario tronco /cortó con aleve mano / dando así una prueba al mundo / de sus instintos vandálicos? / ¿dónde harán ahora sus nidos / los pobres y errantes pájaros / que entre tus ramas altivas / sus canción  entonaron? / Árbol, que fuiste testigo / de escenas y de hechos tantos / que debieran esculpirse / en lápidas de alabastro, / Tú, que llevar al patíbulo / viste a los Colorados”.





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