Una isla dentro de otra isla, la que ya de por sí representa una Almería mal comunicada, alejada y olvidada por los centros de poder. Eso es el CAF. Una institución que nació hace un cuarto de siglo siendo puntera en España. Como respuesta a la rica tradición fotográfica de la tierra del indalo con el Grupo AFAL y todo lo que vino después. Con el Proyecto Imagina y el gran impulso de Manuel Falces. ¿Qué ha ocurrido en este tiempo para que un espacio que iba a ser un referente internacional apenas tenga algo que decir en el ámbito andaluz? ¿Por qué no forma parte del calendario de los grandes centros de arte españoles? ¿Hay algo que celebrar en estos 25 años?
De los objetivos recogidos en el acta fundacional del Centro Andaluz de la Fotografía prácticamente solo se ha cumplido uno: su función como sala de exposiciones. Según el decreto 199/1992 publicado en el BOJA, el organismo tenía además entre sus misiones: la recuperación del patrimonio gráfico andaluz, el mantenimiento de los fondos de documentación y de referencia que posibilitasen el estudio de la fotografía, la creación de un fondo llevado a cabo por creadores andaluces o vinculados a Andalucía, la realización de investigaciones y el censado de las creaciones fotográficas existentes en la región. Pero, ¿por qué han quedado en papel mojado?
En los últimos años, el presupuesto para actividades del CAF se ha desplomado: de los 467.537 euros de 2009 a los 98.000 de 2016, lo que supone una reducción del 79 por ciento. En 2017, la institución ingresó algo más, 110.000 euros, pero la cantidad dista aún mucho de reflejar aquella promesa de la antigua consejera de Cultura, Rosa Aguilar, que se comprometió a mejorar la cantidad destinada al organismo con el propósito de dar brillo a su cuarto de siglo.
“Habrá presupuesto y búsqueda de patrocinios como se hace en todos los centros y en todos los aniversarios. Queremos dar un impulso al CAF para que mire a toda Andalucía y siga desarrollando ese trabajo de excelencia, del que es partícipe la plantilla”, apuntó Aguilar en septiembre de 2016, coincidiendo con la no renovación del fotoperiodista Pablo Juliá como director y la convocatoria de un concurso público para buscar a un sustituto, proceso fruto del que se eligió al actual: Rafael Doctor.
A la falta de recursos económicos se suma el hecho de que la extraña situación jurídica del espacio impide que cuente con una partida específica de carácter anual. Así, si las instalaciones dependen directamente de la Consejería de Cultura de la Junta, las actividades y el personal lo hacen de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales, de modo que reciben financiación por proyectos.
“Por la situación jurídica del centro, no se define un presupuesto concreto a pesar de que nosotros intentamos que no sea así. Esos 110.000 euros que recibimos en 2017 son una cantidad muy, muy justa”, explicó el director del CAF, Rafael Doctor, el pasado 25 de enero durante la visita del actual consejero, Miguel Ángel Vázquez, para presentar dos nuevas exposiciones.
A lo que el titular de Cultura de la Junta contestó augurando “el mejor de los recorridos” a este cuarto de siglo y dando por seguro que “va a tener ese mimo por parte de la Consejería y de la Agencia”.
Otro de los factores por el cual el CAF se ha quedado en un quiero y no puedo es la escasez de personal. Según ha podido saber LA VOZ, de las catorce personas que empezaron a trabajar en el organismo cuando inauguró su sede en el antiguo Liceo en el año 2007, en la actualidad solo quedan ocho entre bajas por excedencias y traslados. Sin ir más lejos, este mes de enero se han producido las tres últimas bajas en departamentos tan sensibles como laboratorio digital y conservación, producción y auxiliar de dirección y traducción.
Fondos sin catalogar
Un problema no menos preocupante tiene que ver con los fondos generados por el Centro Andaluz de la Fotografía a lo largo de estos 25 años. Fondos sin catalogar ni inventariar que van más allá del Proyecto Imagina y que podrían incluir entre 2.000 y 4.000 obras. En estos momentos, una de las prioridades del nuevo director es confeccionar ese listado y publicarlo en un libro y la página web de cara a final de año.
Voces de la cultura critican asimismo que no haya existido un proyecto para el centro y el CAF se haya limitado a comprar exposiciones que venían preparadas de fuera olvidando su vocación de producirlas y generar así diálogos. Otras, sin embargo, lo achacan a lo exiguo de su financiación.
Ahora parece que esta tendencia empieza a revertirse. De esta forma, de las exposiciones que ocupan estos días las dos plantas de la institución, ‘Descubriendo a Louis Masson, fotógrafo en la España del siglo XIX’ es propia, mientras ‘Viaje a Persia’, del fotógrafo sevillano Manolo Espaliú, constituye una coproducción. Y lo que viene en adelante, excepto una de la Fundación Mapfre, es en un 80 por cierto producción propia.
Por otra parte, el centro empieza a recuperar su labor formativa, desatendida en los últimos años, con talleres de Chus Gutiérrez, directora de ‘Poniente’, que abordará el género documental; Carlos Canal, quien ofrecerá su experiencia sobre los efectos terapéuticos de la fotografía, y Paco Peregrín, talento en la fotografía enfocada a la moda y la publicidad.
Una campaña de difusión y divulgación
Uno de los puntos flacos del CAF -situado junto al Parque Nicolás Salmerón- es que constituye una isla dentro de la propia capital. Muchos ciudadanos desconocen su existencia, las visitas guiadas del Ayuntamiento de Almería pasan de largo por la puerta, por lo que urge una buena campaña de difusión y divulgación para que el centro deje de vivir de espaldas a su entorno más inmediato.
Además, predomina la idea de que se trata de un lugar algo elitista, etiqueta que ahora quieren sacudirse con propuestas como el primer Encuentro de Creación Fotográfica de Andalucía, que reunió a 40 artistas de toda la región este otoño en Rodalquilar.
Esta situación se puede extrapolar a las redes sociales. Frente a la intensa actividad digital de otros espacios culturales gestionados por la Junta como el Museo de Almería y el Conjunto Monumental de la Alcazaba, el Centro Andaluz de la Fotografía solo tiene perfil en Facebook, donde tampoco es especialmente activo. Llama la atención, y mucho, por la propia naturaleza del espacio, su ausencia en Instagram, aplicación de imágenes y vídeos.
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