Buscas saciar esta nada / de una nada infinita / sintiendo que no es nada / y que es siempre insaciable. // Llegas a ningún sitio / sabiendo que el camino se ha borrado, / pues no hay nadie al origen / ni nadie a la llegada // ...
LA CASA de mi amiga Inma está rota. No es una metáfora. El terremoto del 11 de mayo de 2011 dibujó en sus tabiques un inmenso bosque de árboles secos. La belleza tiene muchos disfraces, pienso. Ha sido una jornada agotadora, quizá demasiados poemas y poca poesía en el recital, quizá demasiada intemperie. Tenemos sed. Los cuatro elegimos gin tonic con unas gotas de limón. El salón es cálido y la noche de Lorca densa. Daniel me presta su guitarra y comienzo Oh, life is bigger... Observo, mientras canto, una gran cicatriz en la pared, la vida la pared, blanca, rota ...That’s me in the corner... Esa madrugada es un hogar, una sed en mi memoria. La muerte yace en el corazón de la vida. Antonio tararea conmigo ...That’s me in the spotlight / losing my religion.
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El protagonista de hoy en las Dulces Tardes Poéticas será Antonio Praena, poeta Santa Paula #27. Él firmará la plaquette que nos recuerda a Valente. Hoy, de nuevo, tomaremos en La Dulce Alianza el pastelillo que las monjas del convento de Las Puras regalaban al poeta gallego y que da nombre a este librito.
Biografía
ANTONIO PRAENA (Purullena, Granada, 1973) ha publicado los libros Humo verde (Accésit Premio Iberoamericano Víctor Jara 2003), Poemas para mi hermana (Accésit Adonáis 2006), Actos de amor (Premio José Hierro, 2011. Reeditado en 2016 por Raspabook) y Yo he querido ser grúa muchas veces (Premio Tiflos, Visor 2013, 2ª edic. 2014).
Por Historia de un alma (Visor 2017) ha recibido el premio ‘Jaime Gil de Biedma’.
Igualmente se acaba de publicar una antología de su obra hasta 2013 en italiano: Tra cielo e terra, a cargo de Alessio Brandolini, con introducción crítica de Gloria Bazzochi.
Doctor en Teología. Profesor en la Facultad de Teología de Valencia, en la que complementa su investigación con cursos sobre la relación entre teología, cine, poesía y arte contemporáneos. Profesor en Domuni Université (Pontifical University of Saint Thomas Aquinas, Roma) y del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Valencia. Ha publicado obras de reflexión filosófica, estética y teológica, así como artículos especializados.
Poemas suyos han sido traducidos a diferentes lenguas.
Poética
ANTONIO PRAENA es un autor que se inició en la escritura desde muy temprana edad supongo que era una forma de canalizar mi imaginación, un asombro que no cabía en el lenguaje convencional y una manera de escapar de aquello que no me gustaba, nos cuenta (A su abuelo, al morir, le encontraron en la cartera un poema escrito por Antonio con 10 u 11 años). Fue más tarde, cuando estaba realizando el doctorado, cuando se interesó más en serio por la poesía al encontrar la tertulia Los papeles del martes, que se celebraba en el claustro gótico del convento de San Esteban (Salamanca) donde los asistentes leían y comentaban los trabajos de los compañeros con una visión crítica y constructiva. De esos primeros poemas salió su primer libro, El humo verde, que mereció el accésit del Premio Internacional de Poesía Iberoamericana Víctor Jara un libro llevó a otro y los premios me hicieron preguntarme si esto iba en serio y, por tanto, si estaba dispuesto a comprometerme y no echar a perder este vínculo fundamenta Antonio, hablando de su adhesión a la Poesía.
Praena busca en sus versos la emoción (sin caer en el sentimentalismo), el ritmo y la musicalidad, sobre todo. Es un poeta que ha bebido de los clásicos pero que aporta originalidad a la estructura de sus composiciones. Busca intensidad y busca verdad, pero no una verdad biográfica, Antonio nos recuerda que la poesía es un género de ficción y que esa ficción (lo que le han contado, lo que ha leído, el cine que ha visto, lo que ha imaginado) es la que ayuda a llegar a la verdad profunda. No cabe en una vida y en una voz este exceso de belleza del mundo, de la vida. Tampoco cabe este exceso de dolor. Si no escribiera, es como si me muriera ahogado y resignado.
De Quevedo a Borges, de Miguel D’Ors a Inma Pelegrín, de Luis Alberto de Cuenca a Katy Parra, pasando siempre por Juan Antonio González Iglesias, un autor imprescindible en una importante etapa de su trayectoria. Arriesga Antonio al enumerar la nómina de referencias poéticas contemporáneas, pero es el riesgo el terreno en que el poeta debe aprender a moverse. Riesgo como el corre con su obra más biográfica, Poemas para mi hermana. Riesgo en las arenas movedizas de las profundidades humanas que es el centro de su poemario Actos de amor y que nuestro autor transita con paso firme pero delicado. Riesgo en los vuelos de Yo he querido ser grúa muchas veces donde la búsqueda de sentido a la vida, el amor y la muerte se produce desde la serenidad. Riesgo el de la moralidad que flota en Historia de un alma, trabajo en el que más claramente se escinde el personaje poético del autor y en el que se atisban pinceladas de un Realismo Sucio que tan bien domina Antonio Praena.
No solo emociones. A veces se sobrevalora la emoción. Siendo capital, no podemos renunciar tampoco a transmitir y compartir luz, claridad, conocimiento. Inquietud y horror. También compromiso de larga permanencia más allá de lo inmediato. La emoción puede ser muy pasajera y acabar sirviendo solamente al ‘estremecimiento solipsista’, como un producto más de consumo. La poesía no puede ser un supermercado de emociones. Hay que abrir al misterio por el horizonte de la belleza y el lenguaje.
… // No intentas pronunciarlo, / pues no hay cuerpo que escuche / lo que nunca se dice / porque tampoco significa. // Y estar pleno de nada. / Y no saciarse nunca.
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