La épica historia de Posidonia y el mar

Imaginen un mundo dominado por poderes sobrenaturales. Un universo en el que dioses como Poseidón o Hércules definen a placer el devenir del planeta. Es en esta suerte de reinterpretación de la mitología griega donde se ubica la historia en la que el catedrático de la Universidad de Granada, Pedro Sánchez, nos relata el cuento de Posidonia.

Hace muchos años, las nereidas eran las encargadas de mantener el equilibrio del ecosistema marino. Posidonia, fruto del amor entre el dios de los mares y Halia, será la encargada de hacer una labor que iba a cambiar el curso de la historia tras la muerte de su madre. Su cometido consistía en aclimatar una especie de planta que con el devenir del tiempo se transformaría en la planta más preciada de nuestro mar y que da honor a su nombre: la Posidonia.

Este ‘Posidonia y el mar’ pinta entre acuarelas y letras un mar Mediterráneo que mezcla fantasía, historia, ciencia y ecologismo. “Para mí ha sido un ejercicio de libertad mental. Me ha servido de evasión, he dejado ‘nadar’ mi imaginación”, explica el autor, Pedro S. Castillo, profesor de biología marina en la UGR, mucho más acostumbrado a las tesis y los escritos académicos que a soltar su pluma con la literatura. Castillo trata de emular con este libro una historia épica “al modo de Homero”, según relata.  Un “cuento” que sigue la estela de las epopeyas con personajes como Hércules o las Nereidas como protagonistas.

Respeto por la naturaleza

Un cuento este con más pretensión divulgativa y concienciadora que literaria: “Mi objetivo era el de llegar a un público diferente que el que habitualmente lee textos científicos”, cuenta el escritor. 

“Ya en la antigua Grecia existía una conciencia naturalista por parte de las élites”, comenta el escritor. Precisamente es esta la línea que quiere destacar más Sánchez en este trabajo. En este ‘Posidonia y el mar’ se destila en cada página un profundo amor por nuestros fondos marinos: “el Mediterráneo es uno de los puntos que más riqueza biológica genera en la Tierra y una buena culpa de eso la tienen las posidonias”, afirma el investigador. 

Estas plantas -“que no algas”, insiste el escritor- nos son familiares por ese baile casi hipnótico que puede apreciarse si uno es aficionado al buceo. “Las raíces de las posidonias, al contrario que las algas, fijan los bancos móviles de arena, generando auténticos nidos de diversidad”. Este organismo marino actúa como hogar de cientos de especies, comparable de alguna manera a los célebres arrecifes de coral en cuantoa  importancia biológica.

Cuidado de los fondos

Pedro Sánchez aprovecha, de alguna manera, la excusa de publicar este libro para llamar la atención sobre la importancia de conservar nuestros fondos marinos. “Existe una buena conciencia en nuestras instituciones, pero existen aún muchas amenazas que pueden poner en peligro estas formas de vida”, concluye el científico. El biólogo termina con un dato: “El 20% de los peces que consumimos proceden de este ecosistema”.