Una instantánea que salvó miles de vidas y acabó con la de su autor. Un grupo de fotógrafos que se jugó literalmente el tipo para denunciar el hambre y la guerra y sufrió el rechazo de la sociedad de su tiempo y la manipulación informativa de los medios para los que trabajaban; medios al servicio del poder.
Ese es el filo de la navaja sobre el que el escritor Carlos Maleno (Almería, 1977) ha situado su último libro, ‘Las estrellas’ (Sloper). Un ‘thriller’ psicológico que evoluciona hacia una novela policíaca más convencional con tintes apocalípticos y que está inspirado en la historia de los fotógrafos del llamado Bang-Bang Club, grupo que en la década de los noventa cubrió los violentos incidentes que acompañaron al movimiento de liberación de la raza negra en Sudáfrica.
“Desde hacía tiempo me interesaba la figura de Kevin Carter, y cómo aquella fotografía de ‘El buitre’ que le valió el Pulitzer hizo que el mundo occidental se fijara en todo aquel desastre que pasaba en África, en las terribles hambrunas. Esa fotografía salvó miles de vidas y, paradójicamente, acabó con la de Carter, que recibió de forma muy injusta una gran crítica social por no haber ayudado a aquella niña que aparecía postrada junto a un buitre, cuando a su alrededor otros cientos de niños agonizaban de hambre y enfermedad en aquel campamento. Curiosamente, esa supuesta niña, que resultó ser un niño, sobrevivió a aquella hambruna”, explica Maleno.
En la narración, el autor explora ese territorio de la duda y el conflicto moral sobre si el fotoperiodista debe ser un mero notario de la realidad o dejar la cámara e intervenir en ella si así puede ayudar. Un conflicto que, unido a la presión social, llegó a atormentar a Carter hasta el punto de llevarlo al suicidio. “Me interesaba mucho el sacrificio de aquellos fotógrafos por mostrar la realidad, en contraposición a la manipulación informativa de los medios al servicio de poderes económicos o políticos, que al fin vienen a ser lo mismo. Todo esto era un buen sitio desde el que partir para contar lo que quería contar”, subraya.
Al llevar a sus personajes a esta zona límite, Maleno pretendía transmitir que la verdad, por su crudeza, a veces es difícil de aceptar. “El papel de la literatura, como yo lo veo desde Conrad, es acercarse a la verdad, acotándola; aspirar a cambiar al lector del libro, que el libro permanezca en él, hacerle dudar, llevar al lector también a ese filo de la navaja”, apunta a LA VOZ.
Jordi y el sufrimiento
En la ficción, a este grupo de fotógrafos se une Jordi, el protagonista de la novela, un personaje atormentado por una historia familiar turbia. El desequilibrio de su vida parece corregirse al encontrar a Emma, pero solo se trata de un espejismo, ella está tan perdida como él. Y el sufrimiento que los atenaza es tal que desalienta al lector. “En ‘Las estrellas’ hay sufrimiento y hay amor y hay desaliento, pero también esperanza. Y hay fe, pero quizás una fe particular en un Dios que se acerca más a ‘lo natural’ o ‘lo salvaje”, sostiene.
Al mismo tiempo, existe en el libro cierta recreación en lo sórdido, en lo desagradable: personajes que huelen a fango, violaciones de niñas, asesinatos sin piedad. “Lo sórdido no es algo que me guste, no escribo de forma premeditada sobre lo desagradable o sobre el sufrimiento, pero cuando uno va en busca de la verdad, si uno tiene la suficiente valentía de pararse y mirar detenidamente, al final lo sórdido está ahí y hay una débil línea entre lo hermoso y lo miserable”.
El hallazgo del cuerpo de una chica flotando en una piscina desencadena un thriller más al uso que tira del lector hasta una segunda parte de la novela, que transcurre en Almería entre el mar de plástico y clubes de alterne. “Es cierto que la novela a partir de la segunda parte se transforma en un thriller desenfrenado que fue escribiéndose solo. A partir de ahí la historia dejó de pertenecerme. La escritura del libro, en cierto sentido, me sobrepasó. Toda la estructura que tenía predefinida se vino abajo por sí sola”, indica.
De forma paralela a la trama principal, surge otra que parece ambientada en una sociedad apocalíptica donde apenas vemos desierto, a un hombre sin nombre que sale en busca de caza y a una niña descalza y perseguida. “Es una afluente más que desemboca en el río y, a la vez, el hombre sin nombre es el revés de Hans, otro personaje que tiene mucha más importancia en la historia de lo que pueda parecer al principio. Y esa relación puede que tenga algo que ver con Caín y Abel. También es importante la diferencia en las perspectivas del mundo que tiene cada uno de los personajes”, señala.
‘Las estrellas’, que se presentará próximamente en el marco de las ferias del libro de El Ejido y Almería, es la tercera novela de Carlos Maleno tras ‘Mar de Irlanda’ (2014) y ‘La rosa ilimitada’ (2015).
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